La Marina transforma toneladas de cocaína en cenizas en Michoacán

Foto: El Universal.

En un acto simbólico que redefine la batalla contra el narcotráfico, la Secretaría de Marina convirtió 1.3 toneladas de cocaína en humo en la Décima Sexta Zona Naval de Lázaro Cárdenas. ¿Qué pasaría si en lugar de destruir estas sustancias, las transformáramos en energía o materias primas para la industria farmacéutica? La incineración tradicional, aunque efectiva, podría ser solo el primer paso hacia soluciones más innovadoras.

Testigos de la Fiscalía General de la República avalaron este operativo, pero ¿es hora de cuestionar si el enfoque punitivo es suficiente? Imaginen un modelo donde la inteligencia naval no solo intercepte cargamentos, sino que trace redes logísticas para desmantelar economías ilegales desde su raíz.

Estos ladrillos de clorhidrato, incautados durante patrullajes en costas michoacanas, representan más que droga: son la punta del iceberg de un sistema globalizado. La Marina demuestra que la seguridad no es solo armas, sino dominio territorial. Pero, ¿y si complementáramos estas acciones con blockchain para rastrear activos criminales o algoritmos predictivos?

Este operativo forma parte de una estrategia tridimensional -mar, aire y tierra- que convierte al Estado en un depredador del crimen. Sin embargo, la verdadera disrupción llegaría al reemplazar la mera destrucción por tecnologías de neutralización molecular o cooperación transfronteriza en tiempo real. La próxima frontera: no solo quemar drogas, sino incinerar el modelo mismo del narcotráfico.