La milagrosa reaparición que la fiscalía celebra como hazaña propia

En un giro de acontecimientos que solo puede ser calificado de portentoso milagro burocrático, la siempre eficientísima Fiscalía de Chiapas ha logrado la proeza de encontrar con vida a tres personas que, por pura casualidad, se habían extraviado en el vasto y segurísimo territorio chiapaneco.

El exdirector de policía municipal, Wenceslao Urbina Gutiérrez, y sus dos acompañantes, quienes habían decidido tomarse unas vacaciones no solicitadas el pasado jueves, fueron magnánimamente devueltos a la realidad por los siempre diligentes servidores públicos. El lugar del hallazgo permanece en el más absoluto misterio, como corresponde a una operación de alto secreto de estado, o quizá, simplemente, porque anotar coordenadas es una tarea que excede las capacidades del heroico grupo multidisciplinario.

La Fiscalía, en un alarde de transparencia que nos deja a todos boquiabiertos, no ha identificado la comunidad donde estos tres aventureros permanecían disfrutando de la hospitalidad forzosa de sus anfitriones. Tampoco ha aclarado si se trataba de un retiro espiritual voluntario o si, por el contrario, sus captores estaban interesados en un intercambio cultural y económico (comúnmente conocido en el vulgo como ‘rescate’).

Por supuesto, la idea de que este incidente esté relacionado con el apacible y siempre tranquilo proceso electoral de Pantelhó es una absurda especulación. Sería una locura pensar que en este municipio, modelo de paz y concordia, pudieran ocurrir este tipo de malentendidos sociopolíticos.

El vehículo Nissan Centra 2023, color azul, con sus placas bien visibles, simplemente se esfumó en el éter para reaparecer gracias al infalible olfato institucional. Las víctimas, ahora bajo el cuidado de un equipo de sabios y chamanes modernos (oficialmente llamado ‘multidisciplinario’), se recuperan de las secuelas de lo que sin duda fue un paseo turístico no convencional. Un final feliz, orquestado por la siempre omnisciente y eficaz maquinaria estatal.