La multitudinaria noche del Zócalo bajo la lupa de Sheinbaum
CIUDAD DE MÉXICO.- La Secretaría de Gobierno capitalina (Secgob) emitió un comunicado afirmando que la conmemoración del 215 aniversario del inicio de la Independencia de México, celebrada en el Zócalo de la Ciudad de México, congregó a aproximadamente 280,000 personas. Pero, ¿qué metodología se empleó para llegar a esa cifra exacta? ¿Se utilizó tecnología de reconocimiento de imagen, conteo por sectores o fue una estimación basada en la capacidad máxima de la plaza?
En una tarjeta informativa escueta, la dependencia gubernamental aseguró que el acto cívico, el primero encabezado por la Presidenta Claudia Sheinbaum, transcurrió de manera pacífica y con saldo blanco. Los testimonios de asistentes recabados por este medio coinciden en un ambiente mayoritariamente ordenado, aunque plantean una pregunta incisiva: ¿la calificación de “completa tranquilidad” omite deliberadamente incidentes menores que no encajan en la narrativa oficial de éxito absoluto?
Según el informe, un amplio dispositivo de elementos de seguridad y protección civil desplegó operativos preventivos para garantizar el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, fuentes consultadas dentro de estos cuerpos, que pidieron mantener su anonimato, revelaron que el operativo fue uno de los más extensos de los últimos años, ¿qué inteligencia específica justificó este despliegue sin precedentes para un evento anual rutinario?
El reporte oficial señala que se brindaron 17 atenciones médicas menores, todas ellas sin necesidad de traslado a un hospital. Esta cifra, notablemente baja para una aglomeración de semejante magnitud, genera escepticismo. ¿Corresponde esta data a los registros de todas las instituciones médicas presentes o solo a las reportadas por una sola dependencia? La opacidad en el detalle invita a un escrutinio más profundo.
La investigación revela que la narrativa de éxito impecable, aunque tranquilizadora, puede estar ocultando capas de complejidad operativa y logística. La verdadera historia no solo reside en la cifra final de asistentes, sino en los mecanismos, las decisiones y los posibles contratiempos no divulgados que ocurrieron tras bambalinas para lograr ese “saldo blanco”. La celebración concluyó, pero las preguntas sobre su gestión apenas comienzan.
