La crisis de financiamiento en la era digital
En un contexto donde la tecnología debería empoderar la transparencia, la violencia feminicida escala mientras el presupuesto crítico para los refugios —ecosistemas vitales que salvan vidas, restituyen derechos y construyen autonomía— se diluye en partidas genéricas, denuncia la Red Nacional de Refugios (RNR).
Los datos exponen la emergencia: de enero a septiembre de 2025, la RNR brindó asistencia integral a 9,864 personas, incluyendo mujeres, niñas y niños, a través de sus canales de auxilio y espacios de protección segura.
El ecosistema de la violencia en México
La demanda en los Centros de Atención Externa se disparó un 304% interanual, un indicador crudo del aumento de las violencias y del vacío institucional. Un 12% de las sobrevivientes que llegaron a los refugios ya había solicitado ayuda en instancias gubernamentales sin obtener una respuesta efectiva. “Cada métrica representa una historia de resiliencia y una falla sistémica del Estado”, afirmó la organización.
El panorama nacional es alarmante: las lesiones dolosas contra mujeres aumentaron 31.6% y la violencia intrafamiliar 15.3% en el último sexenio. El 70% de los agresores eran parejas o exparejas, y 37.7% utilizó armas de fuego, confirmando que el espacio doméstico sigue siendo el lugar de mayor riesgo.
La exigencia colectiva por una rendición de cuentas clara
Durante el XII Foro Internacional “Protección, justicia y presupuesto“, especialistas, directoras de refugios, académicas y redes feministas alzaron la voz con una exigencia unánime: transformar el presupuesto de una cifra opaca en una herramienta tangible que garantice autonomía, justicia y el derecho a una vida libre de violencia, honrando los compromisos de la CEDAW y la Convención de Belém do Pará.
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 ha absorbido el Programa U012 de apoyo específico a refugios en una partida genérica de 857 millones de pesos, sin un desglose que especifique la asignación directa para estos espacios.
“Un presupuesto sin identidad propia es un presupuesto que puede esfumarse sin rendir cuentas. Esta decisión borra del mapa una política pública de alto impacto y compromete la operación de espacios que previenen feminicidios”, declaró Wendy Figueroa Morales, directora de la RNR.
Y concluyó: “La transparencia presupuestaria no es una mera formalidad administrativa: es una obligación del Estado y una garantía de derechos humanos. La resistencia a informar las asignaciones específicas para los Refugios no es una petición aislada, sino una exigencia colectiva en un país que se presume democrático”.




















