La pedagogía del miedo suspende las aulas en México
En un sublime acto de iluminación pedagógica, el sistema educativo de Uruapan ha descubierto que la lección más valiosa no está en los libros de texto, sino en la cruda realidad: la muerte es la única asignatura obligatoria. Este lunes, las instituciones académicas, públicas y privadas, declararon feriado nacional la Materia de Homicidio Político 101, suspendiendo las clases convencionales para dedicarse al estudio práctico del colapso institucional.
La Universidad Michoacana de San Nicolás, en un comunicado que merecería el Nobel de la Ironía, expresó su “más profundo rechazo a la violencia” mientras normaliza la anormalidad de cancelar la educación porque mataron a quien debía garantizar la seguridad. Una postura tan valiente como declararse en contra de los terremotos mientras el edificio se desmorona.
El desfile de los inocentes
Mientras tanto, en Morelia y Pátzcuaro, los estudiantes abandonarán las aulas para marchar sobre el pavimento de la impotencia. Una procesión cívica donde los futuros del país protestan porque los adultos han convertido la nación en un campo de batalla donde hasta los alcaldes son blancos móviles. Qué mejor lección de civismo que demostrar que cuando falla el Estado, solo queda salir a gritar al vacío.
En este absurdo teatro mexicano, las escuelas cierran no por nevada o pandemia, sino porque asesinaron al hombre que teóricamente debía impedir estos crímenes. Una pedagogía del horror donde la próxima lección podría ser “cómo identificar balas perdidas” o “primeros auxilios para heridas de arma de fuego”. El currículo nacional se actualiza a golpe de titulares sangrientos.
				
															
								
															


















