La Peregrinación Cuántica de la Mandataria y sus Medio Millón de Almas
En un alarde de taumaturgia logística que hubiera dejado pálido al mismo Jonás en el vientre de la ballena, la Suma Sacerdotisa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo, ha consumado una hazaña de teletransportación afectiva. En cuatro fines de semana escasos, esta moderna Atlas feminista no solo cargó con el mundo a cuestas, sino que lo recorrió de punta a punta, congregando a exactamente 535,000 almas redimidas en 30 estados. Un éxodo inverso donde el mesías viaja al pueblo para ofrecer su ritual de rendición cuentística.
La primera cuadranga mística, del 5 al 7 de septiembre, vio cómo 150,000 ciudadanos, previamente cuantificados y categorizados, emergieron de la nada en Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas y otros reinos de la república. Cada número, una prueba irrefutable de devoción; cada persona, un pixel en el holograma perfecto de la aprobación unánime.
La segunda jornada, una peregrinación al corazón del Bajío y el centro, fue testigo de cómo plazas públicas, antes yermas, se transformaron en calderos de fervor popular. Hombres, mujeres y niños de Puebla, Tlaxcala y el Estado de México, en un acto de alquimia social espontánea, materializaron su apoyo y cariño en cantidades exactamente medibles, demostrando que el amor, en la nueva política científica, es una variable cuantificable.
Al adentrarse en el sur, la Caravana de la Verdad fue recibida por 156,000 sureños que, superando siglos de olvido, aparecieron en Oaxaca, Chiapas y Tabasco para absorber las sagradas escrituras del informe. No era un mitin, era un acto sacramental de validación democrática.
El gran final, en el norte y occidente, congregó a 132,000 fieles más. Desde las áridas llanuras de Chihuahua hasta las costas de Colima, la epidemia de adhesión incondicional se propagó sin control, completando un mapa de dominación benevolente sin un solo espacio vacío.
Con esta gira cuántica, la Mandataria no ha hecho sino instituir un novedoso paradigma de proximidad: el de acercar el poder al pueblo para decirle exactamente lo que quiere oír, en un diálogo perfectamente monologado. El culmen de este periplo redentor tendrá lugar en el ombligo del universo nacional, el Zócalo de la Ciudad de México, donde se sellará este pacto de cifras y emociones.
Millares de personas, en un espectáculo de sincronización milimétrica, ofrecieron su saludo a la Presidenta durante esta jornada histórica de reafirmación mutua.
