Una Crisis que Exige un Cambio de Paradigma
Ciudad de México. Más de un año después del cierre de la frontera estadounidense al ganado mexicano, no enfrentamos una simple contingencia sanitaria, sino el síntoma de un modelo agotado. La presencia del gusano barrenador no es solo un parásito para el ganado; es un parásito para un sistema que prioriza la reacción sobre la prevención y la política sobre la innovación. ¿Y si, en lugar de ver solo pérdidas multimillonarias, comenzamos a ver la semilla de una revolución agropecuaria?
Las cifras son elocuentes y devastadoras: 15 mil millones de pesos evaporados, un millón de becerros sin mercado y más de dos millones de reses bajo un riguroso y costoso escrutinio. Sin embargo, el pensamiento convencional solo ve un problema que resolver. El pensamiento disruptivo pregunta: ¿cómo transformamos esta vulnerabilidad en resiliencia? ¿Podría esta crisis forzar la transición hacia una ganadería regenerativa, de trazabilidad digital absoluta y valor agregado, que deje de depender de un solo comprador?
Mientras los productores del sur y sureste cargan con costos extras de hasta 2 mil pesos por animal, la solución no puede ser solo esperar a reabrir el grifo de las exportaciones. Es el momento de conectar puntos aparentemente inconexos: biotecnología para el control de plagas, blockchain para la certificación sanitaria, y mercados locales fortalecidos que conviertan la “obligación” de vender internamente en una ventaja estratégica. La verdadera innovación no llega en tiempos de bonanza, sino cuando el sistema se quiebra.
Los casi 12 mil casos reportados en estados como Chiapas, Veracruz y Yucatán son una llamada de atención brutal. En lugar de un enfoque meramente defensivo, imaginemos una ofensiva basada en ciencia y colaboración. ¿Qué pasaría si México desarrollara y exportara el protocolo más avanzado del mundo para erradicar el gusano barrenador, convirtiéndose en un referente global en salud animal? La crisis dejaría de ser un obstáculo para convertirse en una plataforma de liderazgo.
La insistencia en soluciones integrales y coordinación efectiva es necesaria, pero insuficiente. Se requiere una visión que desafíe la premisa misma del problema. No se trata solo de salvar la temporada de exportaciones, sino de rediseñar la industria para que sea antifrágil. La próxima plaga, climática o sanitaria, encontrará un sector transformado, diversificado y tecnificado, que habrá aprendido que la mayor amenaza no es el gusano, sino la resistencia al cambio.















