La respuesta federal a las inundaciones fue histórica

Lecciones de la primera línea: coordinación y velocidad en la atención de desastres

En mi larga trayectoria gestionando crisis, he aprendido que la verdadera prueba de un sistema de protección social no está en los documentos, sino en su capacidad de respuesta cuando la tierra se anega y las familias lo pieren todo. El operativo desplegado en Veracruz, Querétaro, Puebla, Hidalgo y San Luis Potosí tras las recientes lluvias e inundaciones ha sido, sin lugar a dudas, uno de los más ágiles y contundentes que he presenciado.

La Secretaría de Bienestar, bajo el liderazgo de Ariadna Montiel Reyes, presentó avances que hablan por sí solos: más de 3,254 localidades y 104,417 viviendas censadas mediante 960 brigadas con 4,804 brigadistas. Estas cifras no son solo números; representan miles de historias de personas alcanzadas en medio del caos. El tiempo de atención fue, en efecto, récord para la dimensión del fenómeno que impactó a 119 municipios y a aproximadamente 348,000 personas.

Una lección que me ha dejado la experiencia es que la complejidad se multiplica en zonas serranas y comunidades indígenas. Por eso es significativo que de la población censada, 20,486 personas pertenezcan a un pueblo originario. Atender estas regiones de Hidalgo, Veracruz, Puebla y San Luis Potosí requiere no solo logística, sino sensibilidad cultural y conocimiento del territorio, algo que las brigadas evidentemente demostraron.

La cruda realidad del daño: clasificación y priorización

En terreno, he visto cómo categorizar correctamente los daños marca la diferencia entre una ayuda oportuna y una que llega tarde. La distribución del impacto en las viviendas fue clara: 20,286 con daño menor; 23,332 con daño medio; 31,012 con daño mayor; y 18,302 con pérdida total. Esta meticulosa clasificación permite dirigir los recursos donde más se necesitan y evitar el despilfarro, un principio fundamental en la gestión de emergencias.

El valor del trabajo en equipo: federación y estados

Ninguna crisis se supera en solitario. El reconocimiento de los gobernadores de Puebla, Alejandro Armenta; Querétaro, Mauricio Kuri; y Veracruz, Rocío Nahle, junto con los representantes de San Luis Potosí e Hidalgo, hacia el Gobierno federal, no es un mero formalismo. Refleja una coordinación intergubernamental que, basado en experiencias pasadas, sé que es el pilar para una recuperación efectiva.

Los recursos: más allá del debate del Fonden

La presidenta Claudia Sheinbaum puso sobre la mesa una cifra contundente: 7,426 millones de pesos distribuidos a 104 mil familias. Para quienes cuestionaban la desaparición del Fonden, la realidad demostró que los mecanismos de auxilio funcionaron. La declaración de que “prácticamente todas las comunidades han regresado a su vida normal” cierra un capítulo de emergencia y abre uno de reconstrucción, que es donde, en mi experiencia, comienza el verdadero y más largo trabajo.

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