La Sublime Ingeniería del Voto Convertido en Moneda
METRÓPOLI DEL CENTRO DEL UNIVERSO. – Desde el sagrado recinto de Palacio Nacional, la Suma Sacerdotisa de la Dádiva Pública, Ariadna Montiel</strong, proclamó hoy las sagradas escrituras contables. Con la solemnidad de quien anuncia la multiplicación de los panes y los peces, reveló que la maquinaria de asistencia social del régimen ha logrado, en un alarde de precisión burocrática, engrasar las vidas de 18.4 millones de almas agradecidas. La inversión para esta obra de caridad institucionalizada ascendió a la modesta y redonda cifra de 579 mil 32 millones de pesos, un monto tan abstracto que ya ha perdido todo significado terrenal.
“En los programas de redistribución de la esperanza que administramos con devoción, son 18 millones 494 mil beneficiarios los que reciben, con la puntualidad de un reloj suizo, su dosis bimensual de subsistencia”, declaró la secretaria, mientras un halo de eficiencia digital parecía coronarla. “En este ciclo, nuestra Guía Máxima ha cumplido, con celo casi divino, con cada uno de estos ciudadanos, no solo en el acto sacramental del registro, sino en la milagrosa dispersión de los recursos que los mantiene en el rebaño.”
“579 mil 32 millones de pesos“, repitió lentamente, como un mantra, “es el tributo que la nación ofrece a este conjunto de programas de cohesión social. Es el precio, digamos, de la armonía.”
El Olimpo de la Senectud Subvencionada: ¿A cuántos ancianos se ha logrado apaciguar?
En su epifanía ante los medios, Montiel destacó con orgullo que la cohorte más numerosa, los 13 millones 232 mil adultos mayores, ya recibió la totalidad de los seis óbolos anuales. La última ceremonia de entrega, conocida como el “Operativo de Pago”, concluyó el 27 de noviembre, tras una inversión total de 484 mil 483.5 millones de pesos. Una suma que, convenientemente, convierte la vejez en un asunto de logística y estados de cuenta, liberando a las familias de cualquier atisbo de responsabilidad filial en un acto de ingeniería social perfecta.
La Caridad Segmentada: ¿En qué otros frentes se despliega la munificencia estatal?
La secretaria, actuando como ministra de finanzas del afecto, procedió a desglosar la inversión en lealtades. Para la Pensión Mujeres Bienestar, dirigida a casi 3 millones de mujeres en el delicado limbo entre los 60 y 64 años, se destinó un fondo de 23 mil 662 millones de pesos. Un cálculo exquisito que monetiza la espera hasta la pensión universal.
Mientras, la Pensión de Personas con Discapacidad atendió a más de un millón 614 mil derechohabientes con una partida de 28 mil 961 millones de pesos. Así, el Estado, en su infinita sabiduría, se erige no solo en protector, sino en el contable supremo de la vulnerabilidad, transformando cada necesidad humana en una línea presupuestal, cada derecho en un depósito bancario, y cada ciclo electoral en una cosecha previsible de gratitud.
