En un alarde de eficacia sin precedentes, el sagrado reino de las instituciones financieras deberá, a partir de este primer día de diciembre, realizar el complejísimo ritual de enviar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) sus reportes de transferencias internacionales bajo un nuevo y reluciente formato. Una proeza administrativa que, sin duda, dejará perplejos a los maleantes.
Hablamos de los archiconocidos reportes FTI, esos mismos papeles que sirvieron de delatora evidencia para que la sagaz Red de Control de Delitos Financieros (FinCen) del Tesoro de Estados Unidos señalara con dedo acusador a ilustres ciudadanos de la república financiera como Intercam, CI Banco y la noble casa de bolsa Vector, acusados del pecado capital de lavado de dinero. ¡Qué sorpresa!
El Gran Teatro de la Actualización Perpetua
En un gesto de conmovedora magnanimidad, la disposición 3.1.7 no entrará en vigor hasta el primer día de marzo de 2026. Se concede este generoso plazo de gracia para que las instituciones de crédito puedan actualizar sus arcaicos sistemas automatizados y aprender a escribir el nombre de los países o jurisdicciones involucrados en las operaciones a reportar. Una tarea hercúlea, sin duda.
Mensualmente, los oráculos de las finanzas —bancos, casas de bolsa y otros sumos sacerdotes del capital— deben elaborar un detallado informe por cada movimiento de fondos que sus clientes realicen por la astronómica cantidad de mil dólares norteamericanos. Sí, ha leído bien: mil míseros dólares, la clase de fortuna que mueve los hilos del crimen organizado internacional. Este monumental papeleo se entrega a la UIF mediante la no menos ágil Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
La red se extiende sabiamente sobre casas de cambio, las siempre populares Sociedades Financieras Populares, los transmisores de dinero y las vanguardistas Instituciones de Tecnología Financiera. Nadie escapa al ojo que todo lo ve… o al menos, al formulario que todo lo registra.
La Migración Sagrada hacia el Paraíso Burocrático
Según el oráculo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), este cambio de formato responde a la gran migración global para alcanzar los divinos estándares de pago armonizados. Los anticuados mensajes SWIFT (formato MT) ascienden, cual alma liberada, a la nueva revelación: los mensajes ISO 20022. Se estableció como fecha límite para esta epifanía técnica el 22 de noviembre de 2025.
Así pues, con el loable objetivo de poseer la crucial información de los países y jurisdicciones implicadas en las transferencias internacionales de fondos, así como los sagrados datos del tipo de mensaje SWIFT en santa concordancia con la certificación ISO 20022, se hizo imperativo modificar el formato oficial para el Reporte de Transferencias Internacionales de Fondos. Porque cuando el dinero vuela a paraísos fiscales, lo realmente importante es que el formulario esté en el paraíso correcto de los formatos.
