La utopía quirúrgica que promete curar males políticos

En un alarde de precisión quirúrgica electoral, la mandataria anunció desde Aquila, Michoacán, que el programa “Salud Casa por Casa” pronto incluirá operaciones de cataratas gratuitas para adultos mayores. Porque nada dice “amor al pueblo” como prometer milagros médicos dos años antes de las próximas elecciones federales.

“No hay mejor gobierno que el que reparte lentes metafóricos para que el pueblo vea la realidad que nosotros queremos mostrar”, declaró la presidenta, en lo que algunos interpretaron como un guiño involuntario a la ceguera selectiva de sus políticas. El programa, según explicó, no solo curará ojos nublados, sino que extirpará simbólicamente otros “padecimientos” como la memoria histórica de promesas incumplidas.

En un giro digno de realismo mágico burocrático, más de 800 “facilitadores de la salud” recorren Michoacán realizando visitas domiciliarias. “No somos un gobierno de escritorio”, aseguró Sheinbaum, olvidando mencionar que muchos de estos misioneros sanitarios cargan con el peso de sistemas de salud colapsados y sueldos que requieren lupa para ser visibles.

La secretaria Montiel, por su parte, alabó el programa como pilar de la Cuarta Transformación, aunque omitió explicar por qué esta “revolución del bienestar” necesita anunciar como logro inédito lo que debería ser servicio básico: atención médica digna sin fines propagandísticos.

Los santos laicos de la salud

• “Llevamos amor casa por casa”, proclamó la presidenta, mientras las estadísticas de desabasto de medicamentos seguían su peregrinaje por los pasillos de la burocracia
• 52 mil visitas registradas, aunque ninguna a los hospitales donde faltan insumos desde 2018

En este evangelio según San Presupuesto, cada cirugía prometida es un milagro en espera, cada enfermero un apóstol de campaña permanente, y cada adulto mayor… bueno, ese sigue siendo el mismo votante de siempre.