Una niña de apenas un año y un mes de edad falleció durante la madrugada del martes en el Hospital Amparo Pape de Benavides de Monclova, luego de sufrir un accidente doméstico que la dejó sumergida en un recipiente con agua utilizado para limpiar pisos. El fatal desenlace ocurrió después de más de doce horas de lucha por su vida, durante las cuales los equipos médicos de dos instituciones de salud trabajaron intensamente para revertir el daño pulmonar causado por la aspiración de líquido.
Los hechos se registraron la mañana del lunes en un domicilio de la calle Antonio Olivares número 101, en la colonia Guadalupe Borja de Frontera, Coahuila. Según la información proporcionada por la familia, la menor se encontraba jugando en la sala mientras su abuela, Hilda Villalobos de 74 años, realizaba labores de limpieza. En lo que los investigadores han calificado como un lamentable accidente, un descuido momentáneo permitió que la pequeña se acercara al recipiente y cayera dentro del agua.
Fue el hermano mayor de la víctima, un adolescente de 13 años, quien descubrió a la niña sumergida y dio inmediatamente la voz de alerta. La madre acudió rápidamente al rescate, sacando a la menor del agua e iniciando de inmediato los esfuerzos por reanimarla, comenzando así una carrera contra el tiempo que se extendería por las siguientes horas.
La pequeña fue trasladada de urgencia a la Clínica 9 del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde los médicos de guardia lograron estabilizarla temporalmente. Sin embargo, su estado de salud se mantenía crítico debido a la significativa cantidad de agua que había aspirado hacia sus pulmones, comprometiendo severamente su capacidad respiratoria. Ante la gravedad de las lesiones y la complejidad del cuadro médico, los especialistas determinaron la necesidad de un traslado inmediato al Hospital Amparo Pape de Benavides en Monclova, institución con mayores recursos para atender emergencias pediátricas de alta complejidad.
Allí, un equipo médico multidisciplinario continuó con los esfuerzos de reanimación y tratamiento intensivo, buscando revertir el daño pulmonar que presentaba la paciente.
La aspiración de líquido en casos de inmersión prolongada puede causar lo que se conoce médicamente como síndrome de dificultad respiratoria aguda, una condición que compromete la función pulmonar de manera severa y que, en pacientes pediátricos, presenta desafíos terapéuticos particularmente complejos. Mientras la familia enfrenta el duelo por esta pérdida devastadora, elementos de la Agencia de Investigación Criminal iniciaron las diligencias correspondientes para documentar los hechos.
Tras la investigación preliminar, las autoridades han clasificado el caso como un accidente, descartando hasta el momento cualquier indicio de negligencia intencional o conducta delictiva. Esta tragedia pone de manifiesto los riesgos que representan para los niños pequeños los recipientes con agua en el hogar, incluso aquellos que contienen pequeñas cantidades de líquido. Los especialistas en seguridad infantil recuerdan que los menores de cuatro años pueden ahogarse en apenas unos centímetros de agua, y que estos accidentes suelen ocurrir en cuestión de minutos y en circunstancias cotidianas donde los cuidadores bajan momentáneamente la guardia.
La vulnerabilidad de los niños pequeños frente a cuerpos de agua de cualquier tamaño requiere de medidas de prevención específicas, incluyendo la supervisión constante y la eliminación de recipientes con líquido en áreas accesibles para los menores. La conciencia sobre estos riesgos, combinada con prácticas de seguridad coherentes, representa la estrategia más efectiva para prevenir tragedias similares que, como en este caso, dejan familias devastadas y comunidades enlutadas.
















