El panorama fiscal de México para 2026 estará dominado por un hecho sin precedentes: los desembolsos para pensiones y jubilaciones del IMSS, ISSSTE, Pemex y CFE acapararán una cuarta parte de todo el gasto programable federal. Esta partida, que supera los 1.7 billones de pesos y excluye los programas de Bienestar, redefine las prioridades de inversión pública.
El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) contempla un gasto neto total de 10.114 billones de pesos, lo que se traduce en un incremento real del 5.9% frente al año anterior. Dentro de este monto, el núcleo destinado a la generación de bienes, provisión de servicios y obra pública –el gasto programable– alcanzará los 7.015 billones de pesos, con un avance del 5.1% en términos reales.
Esta proyección confirma una tendencia imparable y evidencia la urgente necesidad de un debate nacional sobre la sostenibilidad del sistema de seguridad social, en un contexto donde la inteligencia artificial y la automatización están transformando el futuro del trabajo y los modelos de retiro.