Lecciones de un rescate por lesión en senderismo extremo

Tras décadas coordinando rescates en La Huasteca, he visto cómo un simple tropiezo puede convertirse en emergencia. Este caso en el Cañón de Santa Catarina ejemplifica lo que llamamos “el error del minuto 90”: cuando la fatura o euforia final lleva a bajar la guardia. El senderista, al pisar mal una roca cerca del paraje La Rayita, sufrió una lesión que muchos subestiman hasta que ocurre.

El protocolo activado a las 16:19 horas demostró por qué la coordinación entre Protección Civil estatal y municipal es crítica. Recuerdo un rescate en 2018 donde la demora en compartir coordenadas retrasó la intervención 47 minutos vitales. Esta vez, la ubicación precisa aceleró el ascenso del equipo por el Cerro de La Huasteca, aunque el terreno sigue siendo traicionero incluso para expertos.

La estabilización in situ es donde más hemos evolucionado. Hace diez años, movíamos a los pacientes demasiado pronto. Hoy sabemos que inmovilizar correctamente la extremidad antes del descenso reduce complicaciones en un 68%, según datos de la Cruz Roja regiomontana. El protocolo actual incluye evaluar tres veces: antes de mover, durante el traslado y al llegar a la ambulancia.

Este caso termina con una lección que repito en mis cursos: el 40% de accidentes ocurren en el último tercio del recorrido. La combinación de cansancio, disminución de la concentración y prisas por finalizar crea la tormenta perfecta. La próxima vez que camines por senderos rocosos, recuerda: las rocas más peligrosas no son las más altas, sino las que pisas al bajar.