Lluvias amenazan la flor de cempasúchil y ponen en riesgo el Día de Muertos 2025

Las condiciones meteorológicas excepcionalmente lluviosas registradas en el Estado de México están impactando de manera significativa la producción de flor de cempasúchil, elemento fundamental para las celebraciones del Día de Muertos. Los cultivos, que en condiciones normales ya deberían mostrar un desarrollo avanzado, presentan actualmente signos evidentes de estrés hídrico debido a la saturación de agua en los suelos.

 

La excesiva humedad ha generado encharcamientos prolongados en los campos de cultivo, un factor que promueve la proliferación de enfermedades fúngicas y facilita la pudrición de las raíces y tallos. Esta situación ha retrasado de manera crítica el ciclo fenológico de la planta, comprometiendo su floración y, por ende, el volumen de cosecha esperado para la temporada. Alejandra Tapa, productora local, describe la situación con preocupación: “Si llueve y llueve, las tumba, las pudre y se pierden muchas. Hace un año en estas fechas ya estaban para corte y ahorita les falta”.

 

El retraso en el desarrollo de los cultivos genera una seria incertidumbre sobre la capacidad de abastecer el mercado nacional para los días 1 y 2 de noviembre de 2025, fechas cumbre de la demanda. La flor de cempasúchil constituye un elemento ritual indispensable en la construcción de ofrendas y la decoración de panteones, por lo que una oferta insuficiente tendría consecuencias directas en el plano cultural y económico.

 

La ley de la oferta y la demanda sugiere un escenario probable de ajustes en los precios. Como explica la productora Alejandra Tapia, “cuando hay tiempo de agua se pudre, o falta, se llega a subir mucho la flor”. Esta dinámica podría encarecer el acceso a la flor para millones de familias, al tiempo que las pérdidas en el campo se traducirían en un grave quebranto económico para los productores.

 

La afectación no se limita únicamente al cempasúchil. Otras flores de temporada esenciales para las festividades, como el alhelí y la nube, también se enfrentan a una de las crisis productivas más severas de los últimos años, agravada por la intensidad y persistencia de las precipitaciones en la región.

 

A pesar del panorama complejo, en comunidades como San Francisco Putla, en el municipio de Tenango del Valle, persiste un esfuerzo colectivo por rescatar la cosecha. Hombres y mujeres trabajan de manera coordinada desde primeras horas del día, implementando labores de drenaje y manejo fitosanitario para mitigar los daños y lograr tener la producción lista a tiempo.

 

La dimensión económica de este cultivo es considerable. Se estima que en el Estado de México se destinan aproximadamente 900 hectáreas al cultivo a cielo abierto de cempasúchil. Esta actividad no solo es la fuente de ingresos más importante para numerosas familias agricultoras, sino que genera alrededor de 40 mil empleos, entre permanentes y eventuales, dinamizando la economía local.

 

La importancia cultural de la flor de cempasúchil trasciende su valor ornamental. Su color vibrante y su aroma intenso son elementos centrales en la tradición mexicana del Día de Muertos. Según la creencia popular, esta flor funciona como un guía luminoso, un sendero aromático que conduce a las almas de los difuntos de regreso al mundo de los vivos para visitar a sus familiares durante la celebración. La posible escasez de esta flor emblemática no solo representa un problema de mercado, sino una amenaza para la plenitud de una expresión cultural profundamente arraigada.

 

La situación actual subraya la vulnerabilidad de los sistemas agrícolas tradicionales frente a la variabilidad climática extrema. El destino de esta cosecha, y con ella de una tradición centenaria, depende ahora de que las condiciones meteorológicas permitan una recuperación de los cultivos en las críticas semanas que restan antes de la festividad.

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