La Noche en Caracas y el Amanecer que Todos Esperamos
En mi larga trayectoria siguiendo los movimientos sociopolíticos, he aprendido que el arte y la cultura son termómetros infalibles del pulso de una nación. Este sábado, en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Morelia, fue testigo de un momento que confirma esta máxima. María Corina Machado, figura emblemática de la resistencia venezolana y reconocida con el Premio Nobel de la Paz, hizo una aparición virtual que resonó con la fuerza de una verdad que no puede ser silenciada.
He visto cómo los regímenes intentan controlar las narrativas, pero la experiencia me ha demostrado que un mensaje de esperanza siempre encuentra su camino. La dirigente opositora al gobierno de Nicolás Maduro intervino con motivo del estreno de la película “Aún es noche en Caracas“, un proyecto que contó con la participación de talentos globales como los actores Edgar Ramírez y Natalia Reyes. En situaciones así, recuerdo que el cine no es solo entretenimiento; es un archivo histórico de nuestra lucha humana.
La cinta, basada en la novela “La hija de la española” de Karina Sainz Borgo, se presenta como un thriller de supervivencia que trasciende el género. Ambientada en la Caracas de 2017, captura una realidad que muchos han vivido en carne propia. A lo largo de los años, he comprobado que las historias más poderosas son aquellas que, aunque específicas, reflejan universos de dolor y resiliencia.
El análisis de Machado fue preciso: “Refleja con una fuerza poética y dolorosa la realidad de millones de venezolanos, el desarraigo, la pérdida, el duelo, pero sobre todo la esperanza que persiste, incluso en medio de la oscuridad”. Esta reflexión me trae a la mente incontables conversaciones con exiliados; la nostalgia por lo perdido es un peso constante, pero la esperanza es el motor que los mantiene en pie.
Su mensaje final encapsula una lección que he visto repetirse en las luchas por la libertad en todo el mundo: “Darle voz y fuerza desde el arte a la verdad, a la libertad, a la justicia, esa libertad que hoy sostienen, con su fuerza y con su coraje, las mujeres venezolanas, las de la luz en medio de la noche. Aún es de noche en Caracas, pero muy pronto amanecerá y lo veremos y celebraremos juntos”. He aprendido que las transiciones políticas son impredecibles, pero la convicción inquebrantable de un pueblo, especialmente la fortaleza de sus mujeres, es el presagio más confiable de que el amanecer, efectivamente, está por llegar.