La mañana del miércoles 17 de diciembre de 2025, el cuerpo sin vida del maestro de bachillerato Dante N., de 46 años, fue encontrado en la azotea de su domicilio en la colonia Leyes de Reforma, en Tehuacán, Puebla. El hallazgo, realizado por un familiar, movilizó de inmediato a los servicios de emergencia. Paramédicos, elementos de Protección Civil y Bomberos procedieron a descender el cuerpo e intentaron reanimarlo, pero solo pudieron constatar la ausencia de signos vitales. El deceso fue confirmado en el lugar, lo que activó el protocolo legal correspondiente.
Tras la notificación, el Ministerio Público tomó conocimiento del caso y ordenó el despliegue de peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE). Su labor fue meticulosa: se encargaron del levantamiento del cadáver y realizaron una inspección minuciosa de la escena para recabar cualquier indicio que pudiera esclarecer las circunstancias del fallecimiento. Posteriormente, el cuerpo fue trasladado al Anfiteatro Municipal de Tehuacán, donde se le practicó la necropsia de ley. Este procedimiento forense es determinante para establecer la causa precisa de la muerte, un dato crucial que se integrará al expediente de la investigación.
El contexto que rodea este trágico desenlace se remonta a los hechos ocurridos exactamente una semana antes. El miércoles 10 de diciembre, Dante N., quien impartía clases en el Bachillerato Emiliano Zapata, fue detenido en flagrancia por la Policía Municipal. La intervención se produjo en el motel Amore Mío, ubicado en la colonia Tepeyac de la localidad de San Nicolás Tetitzintla, dentro del mismo municipio de Tehuacán. La detención se logró gracias a la alerta de un ciudadano, un repartidor en motocicleta, quien observó al docente ingresar al establecimiento con una joven de apariencia menor de edad y contactó al número de emergencias 911.
Al arribar al lugar, los agentes confirmaron la situación. La acompañante del maestro era una de sus alumnas, una adolescente de 16 años, lo que implicaba una diferencia de edad de tres décadas. Ante estos hechos, la autoridad procedió a la detención inmediata del profesor por el presunto delito de estupro, puesto que la edad de consentimiento sexual en Puebla es de 17 años. El hombre fue puesto a disposición de la autoridad de Seguridad Pública para el inicio de su proceso legal. Por su parte, la menor fue resguardada, rindió su declaración y fue entregada a su familia, recibiendo desde ese momento apoyo psicológico especializado. Las autoridades enfatizaron que se implementarían medidas para garantizar su protección integral y evitar cualquier forma de revictimización.
La noticia de la detención se difundió rápidamente, generando un intenso debate y una ola de señalamientos en redes sociales y en la comunidad local. Familiares del docente han señalado, de manera preliminar, que Dante N. enfrentó en sus últimos días una presión social abrumadora y un escrutinio público severo derivado de las acusaciones. Este clima, según su versión, habría impactado profundamente su estado anímico. La investigación oficial, sin embargo, debe seguir su curso de manera imparcial y basada en evidencia. La Fiscalía tiene ahora la compleja tarea de investigar en dos frentes interconectados: las circunstancias que llevaron a la muerte del profesor y la sustanciación de la denuncia por estupro, que permanece abierta. Este caso expone, de manera cruda, las graves consecuencias de delitos de esta naturaleza, el poder devastador de la condena social en la era digital y los intrincados procedimientos legales que se activan, los cuales deben velar tanto por la justicia como por la protección de las víctimas directas y el debido proceso.













