Conéctate con nosotros

Nacional

Menores intoxicados con anfetamina en fiesta escolar de Sinaloa

Lo que comenzó como una celebración escolar terminó con catorce menores hospitalizados por un misterioso cóctel químico.

Avatar

Publicado

en

Menores intoxicados con anfetamina en fiesta escolar de Sinaloa

Foto: El Universal

En un giro tragicómico que Jonathan Swift hubiera firmado, catorce pequeños conquistadores de cuadernos en Sinaloa descubrieron que su fiesta de paletas y globos incluía un extra curricular no autorizado: un masterclass en farmacología experimental. Las aguas frescas, supuestamente inocentes, escondían un ingrediente secreto digno de Walter White: anfetamina, porque nada dice “felicidad infantil” como acelerar el ritmo cardíaco de menores.

El secretario de Salud, Cuitláhuac González Galindo, anunció con la solemnidad de un presentador de telenovela que los pequeños conejillos de indias ya estaban estables, tras su viaje psicodélico institucional. Dos en el IMSS, uno en pediatría, todos con un relato que hará las delicias de sus futuros terapeutas. “Fue el garrafón”, arguyeron los organizadores, en lo que podría ser el eufemismo del año para “nuestro proveedor habitual de drogas no se presentó”.

Mientras la Fiscalía investiga si esto fue negligencia o el peor after escolar de la historia, las estadísticas oficiales revelan que 29 intoxicados en lo que va del año es la nueva normalidad. La mayoría adultos, porque en México hasta el envenenamiento masivo tiene cuotas generacionales. Los niños, al menos, tuvieron atención prioritaria: qué consuelo saber que cuando se trata de intoxicar menores, el gobierno sí es eficiente.

Anuncio

El episodio ocurrió en Eldorado, municipio cuyo nombre ahora suena a ironía macabra. Los síntomas -labios hinchados, náuseas- sugieren que algún genio local confundió el jarabe para la tos con sustancias para el rave. Los garrafones contaminados son la excusa perfecta: en el país donde el agua embotellada es religión, hasta Hidratón tiene su versión con esteroides.

Así, entre globos desinflados y piñatas con resaca moral, Sinaloa escribió otro capítulo de su épica nacional: donde los únicos que no se intoxican son los narcos, porque ellos controlan el mercado.

Anuncio
Anuncio

Lo mas visto del día