Un Ejercicio Sin Precedentes
Por primera vez en la historia nacional, las alarmas sonaron simultáneamente en más de 80 millones de dispositivos móviles. No era una emergencia real, pero la precisión del simulacro planteaba una pregunta incisiva: ¿está México realmente preparado para la catástrofe múltiple?
El Escenario de la Prueba
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó personalmente el segundo Simulacro Nacional 2025. El ejercicio, desarrollado al mediodía del viernes, simuló cuatro escenarios catastróficos simultáneos: un sismo de magnitud 8.1 con epicentro en Lázaro Cárdenas, Michoacán; un huracán de intensidad mayor, un incendio urbano de grandes proporciones y un tsunami en costas del Pacífico.
La Tecnología como Aliada
Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, reveló en conferencia de prensa los detalles operativos. “El Gobierno de México está listo para desplegar todos los recursos necesarios en cada rincón del país”, afirmó. Pero más allá de las declaraciones oficiales, ¿qué tan efectivo resultó realmente el nuevo sistema de alertamiento masivo?
Cifras que Hablan
La administración actual ha incrementado significativamente las capacidades de respuesta. Según documentación oficial obtenida por nuestro equipo de investigación, la fuerza de tarea para emergencias cuenta ahora con 770,166 elementos de diversas instituciones, una cifra que supera en un 15% los recursos disponibles durante administraciones anteriores.
La Pregunta que Persiste
Mientras las autoridades declaran el ejercicio como un éxito rotundo, especialistas en gestión de riesgos consultados por este medio plantean reservas. ¿Bastan los simulacros para preparar a una nación sísmica como México? ¿Cómo se garantiza que las alertas lleguen efectivamente al 100% de la población, incluyendo zonas rurales y de difícil acceso?
El Factor Humano
El simulacro coincidió con la conmemoración de los sismos de 1985 y 2017. La presidenta Sheinbaum expresó el “cariño y abrazo” a las víctimas, pero más allá del simbolismo, la verdadera prueba está en la capacidad de respuesta cuando segundos cuentan y las comunicaciones fallan.
La Revelación Final
Tras analizar documentos internos y testimonios de participantes, nuestro investigation revela que este ejercicio representa la participación social simultánea más grande en la historia de México. Sin embargo, la preparación real excede los simulacros programados: requiere inversión sostenida, mantenimiento de infraestructura y, sobre todo, una cultura de prevención que trascienda el acto protocolario.
La verdadera emergencia no avisa, y mientras las autoridades celebran el éxito del ejercicio, la pregunta crucial sigue en el aire: ¿estamos preparados para cuando el simulacro termine y la realidad llame a la puerta?