Con los años, uno aprende a leer entre líneas de las cifras económicas. Hoy, los datos presentados por las autoridades no son solo números en un informe; son el reflejo de una tendencia que hemos visto consolidarse. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha subrayado un dato que, desde mi experiencia en análisis económico, es fundamental: un incremento del 1.3% en la generación de nuevos puestos de trabajo en el segundo trimestre del año. Esa cifra, aparentemente fría, se traduce en oportunidades y estabilidad para cientos de miles de familias.
Como bien precisó el Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, el reporte del INEGI es contundente: se han creado 600 mil empleos en lo que va de 2025, con una tasa de crecimiento anual del 2.7%. He sido testigo de ciclos económicos donde estas cifras eran una quimera. Ver cómo el país supera la barrera de los 40 millones de empleos remunerados no es un logro menor; es un síntoma de una economía con pulso.
Pero el verdadero termómetro de la salud laboral, el que he aprendido a valorar tras décadas de estudio, es el récord de afiliaciones al IMSS. Alcanzar 22.8 millones de trabajos formales es histórico. Recuerdo épocas donde la informalidad era la norma, y ver que ahora el 86.7% de estos empleos son permanentes (casi 19.8 millones) habla de una madurez en el mercado. La formalidad no es solo un concepto; es acceso a salud, a crédito, a una vejez digna.
Sin embargo, donde más se nota la experiencia es al analizar los ingresos. Las teorías económicas suelen divorciarse del bolsillo de la gente, pero los hechos son claros: el salario promedio registrado ha escalado a 624.9 pesos diarios, un aumento del 7% en el último año. Y, con el reciente anuncio del incremento al salario mínimo, sé por observación directa que el salario base de cotización seguirá esta senda alcista. El total de remuneraciones pagadas, que ya suma 298,061 millones de pesos con un crecimiento del 6.5% anual, es la prueba fehaciente de que el poder adquisitivo se está moviendo.
Una visión integral: más allá de las cifras del empleo
La Presidenta Sheinbaum también conectó, con acierto, el progreso económico con el desarrollo social. Anunció un avance del 37% en la meta de crear 150 mil nuevos espacios en preparatorias y presentó la evolución del telebachillerato hacia un ciberbachillerato. He visto muchos planes educativos fracasar por estar desconectados de la realidad. Este nuevo modelo, que integra materias contemporáneas y actividades extracurriculares, parece entender que la formación de hoy define la fuerza laboral de mañana.
Finalmente, su llamado a las familias para que aprovechen los programas de salud escolar, incluyendo la entrega de lentes gratuitos, es una lección práctica que he aprendido: una economía fuerte se construye sobre una población sana y educada. Son estos detalles, que van más allá del titular económico, los que realmente cimientan el progreso a largo plazo.












