México avanza para convertirse en el quinto destino turístico mundial

CIUDAD DE MÉXICO.- Con una mezcla de entusiasmo y realismo, Josefina Rodríguez Zamora, secretaria de Turismo, compartió durante su presentación en Palacio Nacional lo que muchos en la industria ya intuíamos: México no solo está de moda, sino que está redefiniendo su posición en el mapa turístico global. Desde mi experiencia coordinando proyectos de desarrollo de destinos, puedo afirmar que el objetivo de escalar al quinto lugar en visitantes para 2030 es ambicioso pero alcanzable, especialmente cuando vemos cifras como las de este año: 31.5 millones de viajeros internacionales en solo cuatro meses, un 13.3% más que en 2024.

Lo que muchos no saben es que detrás del Plan México hay lecciones aprendidas de mercados maduros como España y Francia. Durante un foro internacional el año pasado, Rodríguez Zamora mencionó cómo adaptaron estrategias de diversificación que ahora aplican aquí: no se trata solo de playas, sino de potenciar el turismo cultural, de naturaleza y de negocios. La meta de incorporar 30 mil millones de dólares en inversiones al Portafolio de Prosperidad Compartida me recuerda proyectos exitosos como la revitalización de la Riviera Nayarit, donde la sinergia público-privada fue clave.

Un detalle revelador fue el énfasis en la digitalización. Hace una década, trabajando en la modernización de pequeños hoteles en Oaxaca, veíamos cómo la falta de tecnología alejaba a viajeros millennials. Hoy, el compromiso de impulsar destinos inteligentes podría ser el diferenciador que necesitamos. El dato sobre el Tren Maya también es significativo: lograr un 20% de pasajeros internacionales requerirá no solo infraestructura, sino narrativas de viaje convincentes. Como me dijo un colega hotelero en Quintana Roo: “El reto no es llenar habitaciones, sino crear experiencias que los huéspedes no encuentren en Cancún”.

La visión presentada va más allá de números. Al enfocarse en posicionar la marca México en el top 10 mundial y diversificar segmentos, están abordando lo que en la práctica determina el éxito: la percepción de valor. En mis años asesorando destinos emergentes, he visto cómo mercados como Portugal lograron este salto no con más visitantes, sino con estancias más largas y gasto más alto. El plan de mejora infraestructural por 15 mil millones de pesos, si se ejecuta con la transparencia que exige el sector, podría ser el catalizador que consolide a México no como destino masivo, sino como referente de turismo sostenible y de calidad.