México despliega laboratorios para combatir el huachicol fiscal

México despliega laboratorios para combatir el huachicol fiscal

Foto: El Universal.

¿Cómo operaba la red que desvió millones de litros de combustible evadiendo el fisco? La respuesta parece estar en los documentos de la Fiscalía General de la República que revelan una trama donde el propio Laboratorio Central de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) certificaba gasolina como aceite, facilitando un fraude a gran escala.

El almirante retirado Fernando Angli Rodríguez, actual director general de operación aduanera de ANAM, anunció durante el XXIX Congreso Anual de Agentes Navieros el despliegue de 14 laboratorios especializados en el análisis de hidrocarburos. “Siete operarán en aduanas fronterizas y siete en aduanas marítimas”, declaró el funcionario, buscando crear una barrera científica contra el llamado ‘huachicol fiscal’.

Pero la investigación periodística plantea una pregunta incisiva: ¿por qué esta medida surge solo después de que la FGR documentara cómo treinta embarcaciones introdujeron combustible ilegal a través de las aduanas de Altamira y Tampico? Los testimonios recabados sugieren que este esquema de contrabando operaba con la presunta colaboración de altos mandos de la Marina.

El almirante Angli Rodríguez asegura que desde su llegada a la agencia entre abril y mayo “no ha habido problemas” con este delito fiscal. “Creo que todo eso va a funcionar muy bien”, expresó durante el Congreso de la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac). Sin embargo, documentos oficiales obtenidos por este medio revelan que los cargamentos ilegales fueron autorizados con el aval de las oficinas centrales de ANAM en la Ciudad de México, precisamente donde se ubican los laboratorios.

La trama se profundiza al examinar los cambios en los protocolos de contratación. “Ya no contratamos a nadie que no sea profesional o no tenga licenciatura. Estamos seleccionando personal idóneo para trabajar con nosotros”, afirmó el director. Esta declaración lleva a cuestionar: ¿acaso las filtraciones de información desde dentro de la agencia facilitaron el desvío de combustibles?

Actualmente, el proceso para analizar el hidrocarburo de los barcos implica trasladar muestras desde los puertos hasta los laboratorios de la Ciudad de México, un procedimiento que toma 24 horas completas. Mientras se determina si el producto es el indicado para importar, los buques permanecen esperando en los puertos, generando costos logísticos millonarios.

La investigación de la FGR contra los hermanos Roberto y Fernando Farías Laguna, oficiales de la Armada señalados como líderes del contrabando de combustible, detalla cómo los laboratorios de ANAM clasificaron sistemáticamente como aceite diésel la carga de numerosas embarcaciones que en realidad transportaban gasolina.

La revelación final conecta puntos que inicialmente parecían inconexos: la implementación de nuevos laboratorios, los cambios en el personal y las declaraciones oficiales forman parte de una reestructuración profunda destinada a desmantelar una red de corrupción que operaba desde el corazón del sistema aduanero mexicano. La verdad emerge no como una simple medida administrativa, sino como la respuesta institucional a un esquema delictivo que comprometió la seguridad energética nacional.

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