México reporta casi 6,000 casos de sarampión en 2025 con 24 defunciones

México enfrenta un brote significativo de sarampión durante el año 2025, con un acumulado de 5,860 casos confirmados y 24 defunciones atribuidas al virus, según el último informe oficial de la Secretaría de Salud con corte al 19 de diciembre. Estos datos, generados por la Dirección General de Epidemiología a través del sistema de vigilancia de enfermedad febril exantemática, dibujan un escenario epidemiológico que demanda atención y análisis detallado.

La distribución de la enfermedad por sexo es prácticamente equitativa, con un 51.2% de los casos en mujeres y un 48.8% en hombres. Sin embargo, el análisis por grupos de edad revela un impacto desproporcionado y preocupante. El sector más vulnerable es el de los niños menores de 5 años, que concentra 1,502 contagios. Este grupo presenta la tasa de incidencia más elevada, con 14.44 casos por cada 100,000 habitantes en ese rango, un dato que subraya la crítica importancia de los esquemas de vacunación infantil. Otros grupos con una carga de enfermedad considerable son los adultos jóvenes de 25 a 29 años, con 675 casos; los niños de 5 a 9 años, con 620; y los jóvenes de 20 a 24, con 580 contagios.

Geográficamente, el brote tiene una amplia dispersión, afectando a 29 entidades federativas y 196 municipios. La situación es particularmente grave en el estado de Chihuahua, que no solo reporta la mayor cantidad absoluta de casos, con 4,473 contagios, sino también el mayor número de defunciones, con 21. La tasa de incidencia en esta entidad alcanza los 113 casos por cada 100,000 personas, una cifra que supera con creces la media nacional y señala un foco activo de transmisión intensa. Jalisco ocupa el segundo lugar nacional con 462 casos y una defunción, seguido por Guerrero con 227 y Michoacán con 210. Sonora reporta 102 casos y un fallecimiento. Aunque la Ciudad de México presenta un número relativamente bajo de 22 contagios, las autoridades han observado un incremento en las notificaciones durante el último mes del año, lo que sugiere una dinámica cambiante que requiere monitorización constante.

El cuadro clínico del sarampión, definido por la autoridad sanitaria, inicia con fiebre y un exantema maculopapular característico (erupción con manchas en la piel). A este síntoma principal se suman, típicamente, uno o más signos como tos, rinorrea o moqueo nasal constante, conjuntivitis y adenomegalias, que es la inflamación de ganglios linfáticos en áreas como el cuello, la nuca o detrás de las orejas. La confirmación definitiva de un caso se realiza mediante pruebas de laboratorio especializadas en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) o por nexo epidemiológico con un caso ya confirmado.

La evolución temporal del brote a lo largo del año muestra una actividad vírica sostenida. El primer caso positivo se registró en la quinta semana epidemiológica del año. Hacia el final del año, en la semana 50, el sistema captó 395 reportes de sospecha y confirmó 158 casos. En la semana 51, se notificaron 128 sospechas y se añadieron 22 confirmaciones. Solo en las 24 horas previas al corte del informe del 19 de diciembre, se sumaron 45 nuevos casos confirmados. Este comportamiento coloca a México en un contexto regional dentro del continente americano. Del total acumulado de 5,860 casos, 5,465 corresponden a confirmaciones por laboratorio o asociación epidemiológica. La tasa de letalidad calculada a nivel nacional se sitúa en el 0.41%, lo que significa aproximadamente 4 fallecimientos por cada mil casos confirmados.

Este panorama epidemiológico destaca varios puntos clave para la salud pública. La alta incidencia en niños menores de cinco años es un recordatorio urgente sobre la necesidad de mantener coberturas de vacunación por encima del 95% para interrumpir la transmisión del virus. La concentración geográfica en estados como Chihuahua indica la posible existencia de bolsas de población susceptible o desafíos logísticos en las campañas de inmunización. La presencia de casos en casi todo el país refleja la alta contagiosidad del sarampión, un virus que se transmite por vía aérea y puede permanecer en un ambiente hasta dos horas después de que una persona infectada haya abandonado el lugar. La respuesta efectiva requiere no solo la contención de los brotes activos, sino también un fortalecimiento sistémico de la vigilancia y una comunicación clara a la población sobre la importancia de la vacunación, la única herramienta preventiva verdaderamente eficaz contra esta enfermedad potencialmente grave.

RELACIONADOS

Ultimas Publicadas

Matamoros

¿QUÉ PASO AYER?

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio