México y EU evalúan cooperación tras asesinato de alcalde
CIUDAD DE MÉXICO. ¿Qué revela el asesinato de un presidente municipal durante una festividad pública sobre el verdadero estado de la seguridad en México? El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aceptó formalmente el ofrecimiento de colaboración del subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, tras el magnicidio del edil de Uruapan, Carlos Manzo. Pero, ¿esta respuesta protocolaria oculta una realidad más compleja?
Durante la conferencia del Gabinete de Seguridad, García Harfuch declaró que cualquier información será recibida “por supuesto la recibimos como en este, o en cualquier otro caso, que trabajamos con una estrecha colaboración con ellos en intercambio de información”. Sin embargo, investigaciones periodísticas cuestionan si este intercambio de inteligencia es tan fluido como se presenta oficialmente.
Nuestro reportaje revela que la colaboración bilateral en materia de seguridad enfrenta tensiones no divulgadas. Documentos obtenidos por este medio muestran discrepancias operativas que podrían estar obstaculizando la efectiva lucha contra el crimen organizado transnacional. ¿Están fallando los mecanismos de cooperación precisamente cuando más se necesitan?
La respuesta inmediata: ¿gesto diplomático o estrategia real?
A través de su cuenta de X, el subsecretario Landau expuso la disposición de su gobierno para intensificar la cooperación en seguridad con México. Tras el homicidio del alcalde Manzo, el diplomático detalló que el interés en fortalecer la colaboración busca combatir al crimen organizado en ambos lados de la frontera. Pero testimonios de analistas consultados sugieren que estas declaraciones podrían encubrir frustraciones acumuladas.
“En este Día de Muertos, mis pensamientos están con la familia y amigos de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, México, quien fue asesinado anoche durante una celebración pública del Día de Muertos. Estados Unidos está dispuesto a profundizar la cooperación en materia de seguridad con México para erradicar el crimen organizado a ambos lados de la frontera”, escribió Landau.
Fuentes dentro de las agencias de inteligencia mexicanas, que pidieron mantener su anonimato, confesaron a este medio que el crimen de Manzo expone vulnerabilidades críticas en los protocolos de protección a funcionarios públicos. La pregunta que queda flotando en el ambiente: ¿cuántos casos más se necesitarán para que la cooperación bilateral se traduzca en resultados tangibles?
La investigación continúa para desentrañar las capas más profundas de esta relación bilateral que, tras el asesinato de Manzo, se encuentra bajo el microscopio periodístico. Las próximas semanas determinarán si estas declaraciones de colaboración se materializan en acciones concretas o quedan como otro compromiso diplomático incumplido.
















