En mi larga trayectoria observando la política mexicana, pocas veces he presenciado un crecimiento orgánico tan vertiginoso como el que está experimentando Morena. El partido está a punto de alcanzar su ambiciosa meta nacional de 10 millones de afiliados este mismo año, según lo informado por su secretaria general, Luisa María Alcalde Luján. Durante su visita a Chiapas, Alcalde reveló un dato contundente: la entidad superó en un 15% su objetivo de afiliación, registrando 444 mil militantes frente a los 385 mil inicialmente proyectados.
Recuerdo cuando este movimiento comenzaba y las cifras eran modestas. Hoy, las palabras de Alcalde resuenan con la fuerza de una lección aprendida: la construcción desde las bases rinde frutos. “Empezamos con dos millones de afiliados y hoy ya somos casi nueve millones y medio; muy probablemente este mismo año lleguemos a los diez millones“, afirmó. Subrayó que Chiapas no solo cumplió, sino que “rebasó la meta“, y la dirigencia estima que el estado podría concluir el año con medio millón de chiapanecos integrados formalmente al proyecto.
El significado profundo del respaldo en Chiapas
Desde mi perspectiva, el verdadero impacto no está solo en las cifras, sino en lo que representan. La funcionaria señaló que este crecimiento de la militancia es un reflejo del respaldo social al proyecto de la Cuarta Transformación. Anunció, como parte de una estrategia que he visto madurar, la entrega de nuevas credenciales con fotografía para fortalecer la identidad partidista y darle un rostro humano a la membresía. Este no es un proceso nuevo; es la evolución de un trabajo de organización territorial que avanza con la creación de comités en las 71 mil secciones electorales del país, de las cuales 2 mil 268 se ubican en Chiapas.
Luisa Alcalde, reconociendo una dinámica que solo se entiende en el terreno, destacó que el estado ha tenido las asambleas más numerosas y participativas del país, con hasta 400 participantes por sección. A lo largo de los años, he comprobado que la consolidación en una región como esta no surge de la noche a la mañana; se basa en lo que ella denominó una “conexión histórica con los sectores más desfavorecidos“.
También enfatizó un dato crucial que cualquier analista experimentado valoraría: el respaldo del 80% de la población chiapaneca a la presidenta Claudia Sheinbaum, según sondeos recientes. Además, en un ámbito tan complejo como la seguridad, reconoció los avances logrados en coordinación con el gobernador Eduardo Ramírez, señalando que Chiapas “ha logrado reducir los delitos de alto impacto“.
La estrategia comprobada: Organizar desde la base
La secretaria general explicó la metodología detrás del crecimiento. Los Comités en Defensa de la Transformación tienen un propósito claro que va más allá de la teoría: “organizar e informar desde abajo”. En la práctica, he visto cómo esta estructura es fundamental para contrarrestar la desinformación y los ataques políticos. “Nos organizamos para defender lo logrado, para que no haya un paso atrás“, afirmó Alcalde, subrayando que estos espacios también buscan articular las luchas locales y sociales, uniendo lo particular con el proyecto nacional.
Afirmó que el avance del movimiento en Chiapas es el resultado de la confianza ciudadana en un proyecto que, en la vida real, “ha tenido un impacto directo en la vida cotidiana“, especialmente en comunidades históricamente marginadas. Esa relación, forjada con trabajo constante, se resume en una máxima que he escuchado en incontables reuniones: “Aquí el pueblo sabe que amor con amor se paga“.
Para finalizar, en un acto que refleja la importancia del trabajo en equipo, Alcalde agradeció el apoyo de legisladores, senadores y dirigentes locales en el proceso de organización territorial, e hizo un llamado a mantener la movilización permanente, porque en política, como bien he aprendido, la consolidación es un proceso continuo, no un destino final.
