Conéctate con nosotros

Nacional

Morena pacta con mercados para abastos populares sin afectar comercio

Un pacto que prioriza la convivencia comercial sobre la competencia política en los barrios.

Avatar

Publicado

en

Tras años de observar cómo las buenas intenciones políticas pueden, sin querer, pisotear la economía local, he sido testigo de un hito refrescante. Los diputados locales de Morena y los locatarios de los mercados públicos de la Ciudad de México han sellado un acuerdo que demuestra una madurez política poco común. No se trata de un simple comunicado de prensa; es un entendimiento forjado en mesas de trabajo que recoge el sentir de la base.

Desde mi experiencia, la proximidad física entre los programas de asistencia social y los comercios establecidos siempre ha sido un campo minado. He visto cómo una jornada de distribución de productos de primera necesidad—frutas, verduras, cárnicos, abarrotes—instalada justo a las puertas de un mercado, puede paralizar las ventas de un día completo para un pequeño locatario. Por eso, la decisión de los morenistas de abstenerce de realizar estas actividades en espacios colindantes es más que una regla; es un acto de respeto que yo llamo “ética de la proximidad”. Es un aprendizaje que muchos adquirimos a las malas: el apoyo no debe ser disruptivo.

Otro punto crucial, y que aplaudo, es la renuncia a la propaganda dentro y alrededor de los mercados. En mi trayectoria, he comprobado que saturar estos espacios con pendones, carteles y material promocional es contraproducente. Genera rechazo y se percibe como una invasión del espacio comunitario. La verdadera conexión con la gente se construye con acciones, no con publicidad. Este compromiso de abstenerse de hacer proselitismo en esas áreas demuestra que se está pensando en una relación armónica a largo plazo, no en un beneficio inmediato.

Quizás lo más valioso del acuerdo es el compromiso de acciones conjuntas para fortalecer la economía local y el desarrollo comunitario. Esto va más allá de no molestar; es una invitación a co-crear. Implica sentarse con los comerciantes, escuchar sus necesidades específicas—que van mucho más allá del precio de la jitomate—y materializar propuestas que mejoren sus condiciones de trabajo. Xóchitl Bravo, coordinadora del grupo, tuvo el acierto de subrayar que los mercados no son un botín político, sino el sustento de familias trabajadoras. Esa claridad conceptual es el primer paso para una política pública sensata y efectiva.

Este caso me recuerda que los acuerdos más perdurables no son los que se imponen, sino los que se negocian con humildad y una genuina voluntad de servir. Ojalá sirva como ejemplo para otras fuerzas políticas.

Lo mas visto del día