Muere la abuela que protegió a su nieta en explosión

La Ciudad de México se enfrenta a una dolorosa verdad tras la explosión en Iztapalapa. El Gobierno capitalino confirmó el fallecimiento de Alicia Matías, de 49 años, la mujer reconocida como la “abuelita heroína” por proteger con su cuerpo a su nieta, Azuleth, durante la catástrofe bajo el Puente de la Concordia.

Pero, ¿qué sucedió realmente en ese lugar? Nuestra investigación revela que ese día, Azuleth estaba al cuidado de su abuela, quien se desempeñaba como checadora de la Ruta 71 del transporte público en una base situada justo debajo del viaducto. Testimonios recabados indican que, en el instante crítico de la deflagración, Matías reaccionó con una velocidad sobrehumana, cubriendo con sus brazos y todo su cuerpo a la pequeña para protegerla del fuego y los escombros.

¿Cómo logró una persona con heridas tan graves caminar varios metros para pedir auxilio? Documentos del parte médico inicial sugieren un nivel de adrenalina y determinación extraordinarios. Fue el agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Sergio Ángel Soriano, quien las auxilió en el lugar, tomando en sus brazos a la niña para trasladarla de inmediato al hospital en la motocicleta de un familiar, un dato crucial que subraya la cadena de solidaridad en medio del caos.

Sin embargo, el desenlace final plantea preguntas incómodas. A pesar de los esfuerzos, Alicia Matías sucumbió a sus lesiones en el Hospital Magdalena de las Salinas, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Su muerte no es solo la de una heroína, sino un potente recordatorio de los riesgos latentes en la infraestructura urbana y la vulnerabilidad de quienes la habitan. Su legado de amor inquebrantable perdura en la vida de su nieta, pero su historia exige una rendición de cuentas.

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