Muerte de adolescente tras cirugía estética revela negligencia

La tragedia irrumpe en Durango, cuestionando los límites de la medicina estética y la responsabilidad parental. Un padre, Carlos Arellano, alza la voz para denunciar la muerte de su hija, Paloma Nicole, de apenas 14 años, tras una intervención de cirugía plástica mamaria realizada sin su autorización.

La intervención quirúrgica, ejecutada el 12 de septiembre por el doctor V.M.R.G., se habría realizado con la complicidad de la madre de la joven. Ocho días después, luego de un periodo de agonía, Paloma Nicole falleció. La indignación estalló cuando el certificado de defunción intentó ocultar la verdadera causa del deceso, atribuyéndolo falsamente a una “enfermedad”.

La ciudadanía, consternada, se ha movilizado en las plataformas digitales exigiendo justicia para la adolescente. El caso, ya viral, ha llevado a la interposición de una denuncia formal ante la Fiscalía de Durango. El padre demanda una investigación exhaustiva que alcance a todos los implicados: el cirujano, la madre, el personal del hospital y cualquier partícipe en el presunto encubrimiento.

La fiscal Sonia Yadira de la Garza detalló los hechos: la muerte ocurrió en la Clínica Santa María. Inicialmente, ambos progenitores firmaron la conformidad con el acta de defunción, que citaba edema cerebral y encefalopatía hipóxica. Sin embargo, el padre se retractó al día siguiente, tras conocer que su hija había sido sometida a la cirugía estética, y decidió proceder legalmente.

El cuerpo de la menor fue sometido a una necropsia en el Servicio Médico Forense, que confirmó las afecciones cerebrales y pulmonares. No obstante, se espera un dictamen patológico definitivo, cuyos resultados podrían demorar hasta 20 días, para determinar con precisión científica las causas del fallecimiento.

Las consecuencias legales son inminentes. La autoridad ministerial señaló que, dependiendo de los resultados de la investigación del expediente clínico y los consentimientos firmados, la madre podría enfrentar cargos por el delito de omisión de cuidados. Por su parte, el médico podría ser procesado por homicidio culposo, en un caso que expone grietas profundas en la supervisión de procedimientos médicos en menores de edad.

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