La tensión en Aguascalientes alcanzó niveles críticos tras un operativo conjunto que desmanteló un presunto narcolaboratorio en Pabellón de Hidalgo. La reacción de grupos criminales fue inmediata: vehículos incendiados, bloqueos en carreteras clave y ataques coordinados contra comercios, sumiendo a la región en un clima de inseguridad.
El despliegue de fuerzas federales y estatales en la zona norte del estado detonó una escalada violenta sin precedentes. Según reportes, durante el enfrentamiento se aseguraron armas de alto poder y se detuvo a más de una decena de sospechosos, trasladados en helicóptero para su procesamiento.
La retaliación criminal no se hizo esperar. Carreteras como la 45 Norte y la 25 Norte se convirtieron en escenarios de vandalismo, con unidades calcinadas y ponchallantas estratégicamente colocados. La cadena Oxxo fue blanco de ataques con bombas molotov en al menos cuatro ubicaciones, incluyendo zonas residenciales y vías principales.
El impacto social fue inmediato: habitantes reportaron un “Sábado Rojo” marcado por balaceras en fraccionamientos y una ejecución en Jesús María. Las autoridades mantienen un cerco perimetral en Pabellón de Hidalgo, mientras drones y helicópteros de la FGR monitorean puntos críticos en tiempo real.
Sin cifras oficiales de víctimas, el operativo continúa con refuerzos tácticos y tecnología de vigilancia. Protección Civil trabaja en contener incendios, mientras analistas advierten sobre nuevas modalidades de crimen organizado que combina sabotaje logístico y terror psicológico.