Narcomenudista escondía marihuana en canasta de tacos en Azcapotzalco

Foto: El Universal.

¿Hasta dónde puede llegar la innovación en el mercado negro? Un presunto distribuidor de estupefacientes redefinió el concepto de “comida rápida” al utilizar una canasta de tacos como fachada para transportar 11 dosis de marihuana en Azcapotzalco. Este caso no solo expone la audacia del crimen organizado, sino que plantea una pregunta incómoda: si los traficantes aplicaran esta creatividad a emprendimientos lícitos, ¿transformarían la economía informal?

El operativo, desencadenado por reportes vecinales en la zona de Santo Tomás, revela un patrón preocupante: el narcotráfico se mimetiza con la cotidianidad urbana. Mientras las autoridades celebran la incautación, analistas señalan que este método de camuflaje —que evoca las tácticas de resistencia durante la prohibición estadounidense de los años 30— demuestra una evolución alarmante en las estrategias de microtráfico.

El detenido, un joven de 24 años con antecedentes por narcomenudeo desde 2022, simboliza una generación que normaliza el delito como opción laboral. Expertos en seguridad proponen soluciones disruptivas: en lugar de solo reprimir, ¿por qué no convertir estos ingenios logísticos en habilidades para emprendimientos de reparto legal? La frontera entre genio criminal y talento empresarial podría ser más delgada de lo que admitimos.

Este incidente no es un caso aislado, sino un síntoma de un sistema que necesita reinvención radical. Mientras el presunto traficante enfrenta cargos, la sociedad debe cuestionar: ¿estamos combatiendo el narcotráfico o simplemente persiguiendo sus manifestaciones más creativas?