Nueva licitación para distribución de medicamentos del IMSS fracasa

La Fallida Búsqueda del Último Kilómetro

Una investigación revela que el programa IMSS Bienestar enfrenta un nuevo revés en su lucha por garantizar el abastecimiento de medicamentos. La paraestatal Birmex, encargada de la convocatoria, ha visto cómo una licitación crucial para una flota de distribución “a último kilómetro” se desmorona, dejando a la mayoría del territorio nacional sin un proveedor confirmado.

¿Por qué, si la necesidad es urgente, las empresas se abstienen de participar? Los documentos de la licitación, publicados el 15 de agosto con plazos excesivamente recortados, parecen contener la primera pista. De las seis regiones estratégicas definidas, solo una—la zona noreste—encontró un contratista: la empresa Rombo Logística. Para tres regiones, las únicas ofertas presentadas fueron desechadas, y en las zonas centro y occidente, el silencio fue absoluto. No hubo interesados.

Un Patrón de Fracasos y una Estrategia Cambiante

Este no es un incidente aislado. Indagaciones periodísticas confirman que el pasado 23 de junio, el propio IMSS-Bienestar declaró desierta una licitación para arrendar entre 108 y 256 vehículos. Fuentes dentro del sector logístico, que pidieron mantener su anonimato por temor a represalias, señalaron que los plazos imposibles fueron el principal obstáculo.

La magnitud de la operación que ahora fracasó era monumental: se requerían 24 tráileres refrigerados, 24 de carga seca, 108 camiones y 132 pickups, además de embarcaciones para el reparto en zonas insulares como Cozumel e Isla Mujeres. Esta complejidad, combinada con los tiempos ajustados, plantea una pregunta incómoda: ¿Estaba condenada al fracaso desde su concepción?

El Contrato Atípico y el Abandono de un Modelo

El contrato asignado a Rombo Logística introduce un esquema de pago novedoso y cuestionado: entre 97 y 272 pesos por kilómetro recorrido. Este método contrasta marcadamente con los contratos de distribución de administraciones pasadas, que se calculaban por pieza o peso, y que beneficiaban a grandes consorcios como Grupo Traxión.

Esta divergencia no es menor. La evidencia sugiere un cambio de rumbo tácito, un distanciamiento del modelo de grandes transportistas que predominó en el sexenio anterior. Mientras tanto, el IMSS ordinario, enfrentando sus propias batallas, ha optado por una solución pragmática y reveladora: está rentando una flota de hasta 67 vehículos usados, operados por su propio personal, después de descartar un contrato a largo plazo por los elevados costos.

La Revelación Final

La narrativa oficial del programa Rutas de la Salud se construye sobre la promesa de garantizar el abasto. Sin embargo, la persistente incapacidad para consolidar una infraestructura de distribución confiable y a escala nacional deja al descubierto una verdad incómoda. Los fracasos consecutivos en las licitaciones no son simples contratiempos administrativos; son síntoma de una falla estructural más profunda que mantiene en el limbo la entrega de medicamentos esenciales a millones de mexicanos, conectando puntos que, al final, revelan un sistema de salud luchando por encontrar su rumbo logístico.

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