Operativo fronterizo contra el CJNG en Guatemala termina sin detenidos

LA MESILLA, Guatemala

Más de 600 efectivos de seguridad guatemaltecos irrumpieron este miércoles en un municipio fronterizo clave, en una acción coordinada contra una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La operación, respaldada por inteligencia binacional, no resultó en arrestos pero dejó al descubierto la frágil calma en una zona marcada por el tráfico de cocaína y la violencia transfronteriza.

El operativo se centró en las aldeas de Vueltaminas y Agua Zarca, territorios estratégicos para el crimen organizado. Aunque solo se incautaron dos armas y municiones, las autoridades confirmaron vínculos con la estructura de “Tío Balde”, líder del CJNG en la región, abatido por fuerzas mexicanas en junio tras un polémico cruce ilegal de fronteras.

La sombra del CJNG se extiende sobre esta región montañosa, donde construcciones nuevas contrastan con la pobreza rural. Vecinos observaron en silencio cómo los agentes registraban la casa de Calderón Carrillo, enterrado allí tras su muerte. Testigos relatan que la tensión persiste: “Las ventas bajaron desde los tiroteos”, admitió un comerciante anónimo.

El Ministerio de Gobernación reveló cooperación con México y EE.UU., incluyendo vigilancia reforzada en la línea divisoria. Sin embargo, críticos señalan fallas: en junio, tres vehículos blindados mexicanos penetraron 300 metros en Guatemala durante un enfrentamiento, exponiendo la vulnerabilidad del control territorial.

Analistas advierten que este operativo refleja la nueva geopolítica del narcotráfico: células descentralizadas, alianzas transnacionales y una frontera porosa que desafía a las instituciones. Mientras Guatemala investiga la pasividad de sus soldados durante la incursión mexicana, comunidades como Vueltaminas quedan atrapadas entre el miedo y la economía ilícita.

La División Antidrogas guatemalteca insiste en que persisten los rastros del CJNG, aunque la captura de su liderazgo en México haya debilitado temporalmente sus operaciones. Lo cierto es que, tras 21 allanamientos y cero detenidos, la pregunta sigue en el aire: ¿quién controla realmente esta franja fronteriza?