El Gran Salto de la Civilización: De la Cerveza Fría al Crédito Revolucionario
En un movimiento que ha dejado boquiabiertos a economistas y sociólogos por igual, el sagrado templo del consumo inmediato, conocido por sus mortales como Oxxo, ha anunciado su próximo acto de filantropía financiera. Su brazo crediticio, bautizado con el eufemismo Spin, ha decidido que el camino hacia la iluminación económica de las masas no está completo sin la joya de la corona del capitalismo moderno: la tarjeta de crédito.
El sumo sacerdote de esta cruzada, Juan Carlos Guillermety, proclamó desde su púlpito digital, en simbiosis con el oráculo global Visa, que el siguiente paso lógico después de financiar la quincena es financiar la vida misma. “Hemos explorado cómo expandir nuestra propuesta de valor”, declaró, en lo que solo puede describirse como un masterclass en subestimación. La propuesta de valor, hasta ahora, consistía en poder comprar un huevo, una batería y una cerveza a las 3 a.m.
La Alquimia Financiera: Convertir Micropréstamos en Deuda a Largo Plazo
El directivo, con la serenidad de un cirujano a punto de operar con un cuchillo de plástico, admitió que aún no hay fecha para el lanzamiento. Primero, deben asegurarse de poder “gestionar los riesgos”, un concepto novedoso en un país donde la cultura del crédito ha producido más dramas que las telenovelas de las ocho. Recordó, con orgullo, que ya operan dos esquemas de financiamiento: micropréstamos (para emergencias) y préstamos personales (para emergencias más grandes). La evolución natural, claro está, es avanzar hacia un instrumento que permita crear emergencias financieras de carácter permanente.
“Sabemos que hay un apetito muy importante dentro del país de crédito”, confesó, describiendo con precisión clínica la relación amor-odio del mexicano con la deuda. La solución, según la lógica corporativa impecable, no es educar ese apetito, sino abrir un nuevo buffet de crédito revolucionario, eso sí, después de obtener la bendita licencia bancaria del Banco de México. Descartaron comprar una licencia usada; prefieren una nueva, recién horneada, para que el sabor a innovación no se contamine.
La Alianza Eterna: Cuando Visa y el Oxxo Sellan su Pacto en Piedra Digital
Mientras tanto, la alianza con Visa fue renovada por ocho años, un período que en el mundo fintech equivale a tres eternidades. El objetivo declarado es “fortalecer la participación de millones en la economía digital”, una participación que hoy consiste mayoritariamente en recibir pagos y pagar servicios, actividades que, irónicamente, suelen realizarse con el arcaico pero persistente efectivo en la red de más de 24 mil templos Oxxo.
Francisco Valdivia, de Visa México, celebró este “ecosistema” que brinda “mayor tranquilidad y rapidez”. La tranquilidad, suponemos, es la que se siente al poder pedir un crédito junto con las papas y los cigarros, sin la molesta burocracia de los bancos tradicionales, esos lugares llenos de filas y preguntas incómodas sobre ingresos.
El Contexto: Un País Formalmente Bancarizado que Ama el Efectivo
Todo esto ocurre en un país donde, según las sagradas escrituras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, el 63% de los adultos tiene una cuenta formal, pero donde el dinero físico sigue reinando. El mercado de pagos digitales promete crecer a ritmo de startup, valorado en cientos de miles de millones de dólares, impulsado por el comercio en línea y las fintech.
En este fértil terreno, Spin by Oxxo ya cuenta con un ejército de 9 millones de usuarios activos y un programa de recompensas, Spin Premia, con 27 millones de almas. La estrategia es brillante: primero te enganchan con puntos por comprar tu refresco, luego te ofrecen un préstamo para la renta, y finalmente te dan la llama maestra de la libertad financiera: una tarjeta de crédito. Así, el ciclo virtuoso se completa: del consumo al crédito, y del crédito de vuelta al consumo. Una oda perfecta y satírica al capitalismo del siglo XXI, donde tu banquero también vende hielo y dulces.

















