Una profunda conmoción se ha extendido por la comunidad de Izamal, Yucatán, tras el hallazgo sin vida de una niña de doce años en el interior de su domicilio. Las autoridades han señalado al padrastro de la menor como el principal sospechoso de haber cometido el crimen, quien al momento de los reportes se encuentra prófugo, desatando un operativo para su captura.
Los hechos ocurrieron durante la noche del martes en una vivienda ubicada sobre la avenida Zamná, entre las calles 24 y 26, donde la víctima residía con su madre y la pareja de esta. Según las primeras versiones de la investigación, el individuo, identificado bajo el alias de “El Flaco”, habría agredido a la menor. Se indica que, durante el ataque, la niña comenzó a pedir ayuda a gritos, lo que habría precipitado una reacción violenta del sujeto en un intento por silenciarla, utilizando un martillo para golpearla repetidamente en la cabeza, lo que le causó la muerte.
La trágica escena fue descubierta por la madre de la niña al regresar a su hogar después de su jornada laboral. La mujer alertó de inmediato a los servicios de emergencia. Al lugar acudieron paramédicos y elementos de la Policía Estatal y Municipal, quienes solo pudieron confirmar el deceso de la menor, ya sin signos vitales.
El presunto responsable, “El Flaco”, había logrado escapar del lugar antes de la llegada de las autoridades. Informaciones extraoficiales señalan que el sujeto huyó a través de una zona conocida como “El Zapotal”, lo que motivó el despliegue de un operativo de búsqueda y localización por parte de las corporaciones policiales. Hasta el momento, no se ha confirmado oficialmente su detención. Se sabe que tanto la víctima como el sospechoso son originarios del estado de Veracruz.
Este caso ha reavivado el debate sobre la violencia intrafamiliar y los feminicidios en México, poniendo el foco en la vulnerabilidad extrema de las niñas y adolescentes dentro de su propio entorno doméstico. La brutalidad del método empleado y el vínculo de confianza supuestamente traicionado —el de una figura paterna— añaden capas de horror a un suceso que trasciende la crónica roja para convertirse en un ejemplo trágico de fallos sistémicos. La eficacia de la investigación y la pronta captura del prófugo serán medidas clave para una comunidad que exige justicia, mientras se analizan las posibles señales de alerta que pudieron preceder a la tragedia y los mecanismos de protección disponibles para las víctimas de violencia en el núcleo familiar.

















