Partidos políticos evalúan resultados electorales en el INE tras comicios

CIUDAD DE MÉXICO. En una sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), representantes de los principales partidos políticos debatieron sobre los aciertos y errores en las recientes elecciones judiciales y locales en Durango y Veracruz. La discusión dejó al descubierto tensiones, estrategias y un claro mensaje: la polarización sigue marcando el panorama político mexicano.

Guillermo Santiago, vocero de Morena, defendió los avances de su partido, destacando un aumento en el porcentaje de población gobernada en Durango, del 15% al 33%. Sin embargo, omitió mencionar las pérdidas en municipios clave de Veracruz, donde la alianza con el Partido Verde (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) no fue suficiente para mantener el control. “El pueblo está tomando las riendas de su destino”, afirmó, aunque sus críticos señalan que esta narrativa oculta una realidad más compleja.

Por su parte, Víctor Hugo Sondón, representante del PAN, calificó los resultados como una señal de desgaste de Morena: “Donde antes había clientelismo, hoy hay resistencia cívica”. Su argumento se basó en la alta abstención (88%) en la elección judicial, que describió como un “rotundo fracaso” y una “simulación orquestada desde el poder”. Desde mi experiencia, cuando la participación es tan baja, el mensaje es claro: la ciudadanía desconfía del proceso.

El PRI, mientras tanto, reafirmó su influencia en Durango y denunció intentos de Morena por condicionar el voto mediante programas sociales. Emilio Suárez Licona exhibió grabaciones que, según él, prueban estas prácticas. “No son inventos, hay pruebas”, insistió. En política, las acusaciones sin sustento se diluyen, pero cuando hay evidencia audiovisual, el impacto es inmediato y duradero.

La violencia política en Veracruz también ocupó un lugar central en el debate. Marcela Guerra (PRI) exigió condenar las agresiones a candidatos y sedes partidistas, recordando que estos actos no solo dañan a las víctimas, sino que erosionan la confianza en la democracia. He visto cómo estos episodios, cuando se normalizan, generan un efecto dominó: disuaden a nuevos talentos de participar en la vida pública.

Finalmente, Juan Ignacio Zavala (Movimiento Ciudadano) pidió transparencia en los cómputos de Poza Rica y Papantla, subrayando que la madurez democrática exige reconocer tanto triunfos como derrotas. Una lección que, tras años cubriendo procesos electorales, sigue siendo la asignatura pendiente de muchos partidos.

Este encuentro dejó en evidencia que, más allá de los números, lo que está en juego es la credibilidad del sistema. Y como bien sabe quien ha vivido elecciones anteriores, sin confianza ciudadana, ningún resultado puede considerarse legítimo.