Peces pagan con su vida la fe ciega en informes oficiales de Conagua

En un acto de insubordinación biológica inadmisible, cientos de peces en el Arroyo El Capitán decidieron flotar panza arriba para contradecir el impecable informe de Conagua que certificaba las aguas como “aptas para el ballet acuático”. Los cadáveres piscícolas, en un alarde de mala educación, aparecieron justo cuando el gobierno local preparaba la campaña “San Pedro: la Venecia sustentable”.

Testigos reportan que el agua adoptó un elegante tono verde esmeralda –seguramente por el exceso de decoración ecológica– acompañado de un perfume que mezcla notas de Eau de cloaca con esencia de developer premium. Vecinos sospechan que los peces murieron de vergüenza al ver cómo los desarrollos inmobiliarios les ganaban terreno literalmente a punta de descargas “creativas”.

Mientras las tortugas –claramente más resistentes a las ironías ambientales– practican snorkel en esta sopa primordial 2.0, los humanos exigen investigaciones. “Que determinen si esto es contaminación o una performance artística de la naturaleza”, exigió un anónimo habitante, mientras las fiscalías archivan la denuncia bajo «Problema de peces pesimistas».

El municipio, en un giro tragicómico, recurrió a la justicia después de descubrir que los negocios interpretan “drenaje sanitario” como sinónimo de «galería de arte líquido contemporáneo». Mientras tanto, el arroyo sigue su curso –cuando no está siendo represado por el progreso– demostrando que en México hasta los ecosistemas tienen mejor memoria que las instituciones.