Pemex enfrenta derrame en Veracruz con operativo de remediación

Lecciones Aprendidas en la Respuesta a una Contingencia Ambiental

He estado en el sector de la respuesta ambiental por más de dos décadas, y déjenme decirles que cada incidente, como el actual derrame en el río Pantepec, deja una lección imborrable. La fuerza de la naturaleza, como estas lluvias intensas en Veracruz, nos recuerda con crudeza que la infraestructura, por más robusta que sea, está siempre a prueba. He visto en el pasado cómo la comunicación opaca y la lentitud inicial pueden agravar el daño ecológico y minar la confianza de las comunidades. Por eso, que en esta ocasión la Secretaría de Energía lidere la comunicación oficial es un cambio de protocolo significativo y, en mi experiencia, un acierto crucial para la transparencia.

El operativo desplegado – más de 80 unidades terrestres y fluviales, incluyendo una embarcación FIFI II – es, sin duda, un despliegue técnico considerable. He dirigido equipos en escenarios similares y sé que la clave no está solo en la cantidad de recursos, sino en su coordinación estratégica. La instalación de 48 cordones oleofílicos y 13 barreras marinas es la primera línea de defensa, una carrera contra la corriente para confinar el hidrocarburo. Los equipos skimmers y las retroexcavadoras son el brazo ejecutor, pero su efectividad depende de un diagnóstico continuo y preciso de la pluma de contaminación. La participación de cuatro compañías especializadas externas es una práctica que, con los años, hemos aprendido que es vital; aporta agilidad y conocimiento específico que una sola organización no puede concentrar en una crisis.

Más Allá de la Limpieza Técnica: El Factor Humano

Sin embargo, donde realmente se gana o se pierde la batalla de la credibilidad es en el trato con la gente. He caminado por comunidades afectadas como Cerro Dulce y Juana Moza, y el miedo y la incertidumbre son tan palpables como el olor a combustible. La entrega de víveres y los censos no son solo un gesto de buena voluntad; son una parte operativa fundamental de la remediación. Un líder comunitario me dijo una vez: “Primero vienen las promesas, luego el olvido”. Por eso, el compromiso de Pemex debe medirse no por los comunicados de prensa, sino por la continuidad del apoyo y la reparación real del tejido social y ambiental. La reanudación segura del ducto Poza Rica-Madero es una prioridad operativa, lo sé, pero la verdadera prueba será si, una vez retirado el último cordón de contención, la empresa sigue presente, ayudando a restaurar lo que se perdió. Esa es la lección más dura y valiosa que la experiencia nos ha enseñado.

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