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Pemex financia cárteles con petróleo robado mientras EU mira

El oro negro mexicano financia redes criminales mientras Pemex sangra miles de millones.

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Pemex financia cárteles con petróleo robado mientras EU mira

En un giro tragicómico que ni el guionista más creativo de Netflix hubiera imaginado, Pemex, la empresa estatal que perfeccionó el arte de perder dinero sin ayuda externa, ahora tiene socios inesperados: los cárteles mexicanos, quienes demostraron ser mejores administradores del crudo que los burócratas con corbata.

La DEA, en un informe que mezcla el rigor policial con la narrativa de Breaking Bad, reveló que los narcotraficantes diversificaron sus negocios: ya no solo envenenan a la juventud con fentanilo, sino que también saquean ductos con la eficiencia de una empresa fantasma fantásticamente organizada. El Cartel de Sinaloa ahora ofrece “combustible premium con un toque de plomo”, mientras el CJNG inaugura su franquicia Huachicol Express con envíos a domicilio.

“El petróleo ilícito viaja más que un influencer en vacaciones: de tomas clandestinas en México a refinerías en Texas, disfrazado de ‘aceite usado’ como si fuera un narcotraficante con pasaporte falso”

– Departamento del Tesoro de EU, en su informe Cómo perder miles de millones y fingir sorpresa

Mientras tanto, Pemex, la compañía que convirtió la riqueza petrolera en deuda estratosférica, descubre que su mayor fuga no está en los ductos, sino en sus nóminas: empleados que cobran por mirar hacia otro lado mientras los huachicoleros hacen su agosto, septiembre y todo el calendario gregoriano. El Estado de Derecho mexicano brilla por su ausencia, como el agua potable en las escuelas públicas.

El colmo llegó cuando las autoridades estadounidenses, en un arranque de creatividad jurídica, sancionaron a 26 empresas fantasmas vinculadas al CJNG. Una medida tan efectiva como ponerle candado a un colador, mientras los cárteles celebran con champán… importado evadiendo aranceles, claro.

Expertos como Luis Miguel Labardini explican el negocio con la claridad de un menú de restaurante: 1) Robo para mercado local, 2) Exportación fraudulenta, 3) Huachicol fiscal. Un tríptico del crimen que deja pérdidas millonarias… y a los contribuyentes pagando la fiesta, como siempre.

Moral de la historia: En México, el petróleo es de todos… especialmente de quienes tienen pipas, mordidas y una ética más flexible que los reglamentos.

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