CIUDAD DE MÉXICO.- Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, reveló un dato contundente: el programa “Sí al desarme, sí a la paz” ha logrado la recolección de más de 8,700 artefactos desde su lanzamiento en octubre de 2024. Este mecanismo, que opera bajo un esquema de anonimato, representa un giro táctico en la política de seguridad, priorizando la prevención y la construcción de capital social sobre el mero despliegue de fuerza.
Durante la conferencia de prensa matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, Rodríguez enfatizó que este esfuerzo es un pilar fundamental de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, la cual avanza hacia un modelo que atiende las causas estructurales de la violencia.
Resultados cuantificables de una estrategia disruptiva
En el Salón Tesorería, la funcionaria detalló la operación, ejecutada en alianza con la Iglesia católica y la Secretaría de la Defensa Nacional. El intercambio anónimo de armamento por recursos económicos ha neutralizado 2,519 armas largas, 5,088 cortas y 1,093 granadas, además de munición y accesorios. Un componente innovador es el canje de juguetes bélicos por alternativas educativas, atacando simbólicamente la normalización de la violencia desde la infancia.
“La paz no es un decreto, es un ecosistema que se codifica con las personas, en las comunidades y mediante la acción cotidiana”, declaró Rodríguez, resumiendo la filosofía del programa.
De la logística del canje a la ingeniería social
Rodríguez destacó un año de intervención ininterrumpida, donde la política pública se reconceptualiza como un servicio de proximidad. Acciones culturales, deportivas y de desarrollo comunitario han impactado a más de 30.6 millones de personas, con cerca de 47 millones de servicios brindados.
“Implementamos un modelo de escucha activa, puerta a puerta, en colonias y comunidades para mapear necesidades y co-crear soluciones”, explicó. Este trabajo de campo incluye brigadas médicas, jornadas de documentación con el INE, regeneración de espacios públicos, ferias de empleo, Tianguis del Bienestar y la formación de comités locales de paz.
La estrategia también se apalanca en el poder congregante de la cultura. El concierto de Residente en Tijuana reunió a una multitud de 53,000 asistentes en un evento de celebración colectiva. De forma paralela, en Ciudad Juárez, una proyección masiva del concierto histórico de Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes convocó a 10,000 personas, utilizando el arte como catalizador de cohesión y memoria social positiva.
