Proveedores de Pemex denuncian extorsión para recibir pagos atrasados

En mis años cubriendo el sector energético, pocas prácticas son tan dañinas como el cobro de comisiones ilegales a proveedores. Esta semana, varios contratistas de Pemex confesaron a medios que deben ceder entre el 10% y 30% de sus facturas para acelerar pagos atrasados. Recuerdo un caso en Dos Bocas donde un proveedor de válvulas industriales casi quiebra por este esquema.

La Coparmex, organización que he visto defender a pymes por décadas, alertó que este cáncer administrativo afecta a proveedores en 9 estados. “Es una paradoja: las empresas deben pagar para cobrar”, me comentó Juan José Sierra durante un foro el año pasado. Su advertencia sobre los 2 billones de pesos en deuda oculta coincide con lo que escucho en campo: muchos contratistas ocultan facturas impagadas por miedo a represalias.

La petición de transparencia en pagos no es nueva. En 2018, durante la auditoría a la Refinería de Tula, descubrimos que el 40% de los retrasos se vinculaban a intermediarios. Hoy, pese al discurso de austeridad, persisten los “coyotes” que prometen agilizar trámites. La propia Presidenta Sheinbaum lo reconoció, aunque -como sabe cualquier empresario experimentado- erradicar estas redes requiere más que advertencias.

Lo más grave, como bien señala Coparmex, es el efecto dominó: cada factura impagada pone en riesgo el sustento de familias completas. Hace tres meses, en Reynosa, conocí a un fabricante de tuberías que despidió a 30 trabajadores tras 18 meses sin cobrar. Casos como este explican por qué la deuda reportada (404 mil millones) es solo la punta del iceberg. La solución, como aprendí tras la crisis de 2016, requiere auditorías cruzadas y canales de denuncia protegidos. Mientras tanto, las pymes siguen pagando el precio literal de hacer negocios con el gigante petrolero.