Proyecto del aeropuerto de Santa Lucía avanza en México pese al coronavirus

La economía de México prácticamente se ha paralizado y ha puesto en jaque el mercado laboral por la epidemia del coronavirus, pero en el proyecto gubernamental del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México decenas de miles de trabajadores continúan con sus faenas todo el día para terminarlo a tiempo.

Cuando el Gobierno ordenó el cierre de actividades no esenciales para detener la propagación del virus, se hizo una excepción para los proyectos prioritarios de infraestructura del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Estos incluyen el aeropuerto Felipe Ángeles en la base militar de Santa Lucía, una refinería en el puerto de Dos Bocas, en el Golfo de México, y el llamado Tren Maya, una línea de ferrocarril de 1,470 kilómetros que conectará puntos turísticos de la península de Yucatán.

A las empresas productoras de acero, cemento y vidrio -materiales empleados por esos proyectos-, también se les permitió continuar operando. Mientras que el sector automotor, aeroespacial, la minería y la construcción reiniciaron labores el 1 de junio.

“Hasta la fecha llevamos generados más de 26,000 empleos”, dijo el mayor José Juan Marín, portavoz de la agrupación de ingenieros militares de Santa Lucía.

En un día nublado a principios de junio, miles de trabajadores con cascos y chalecos anaranjados, así como con mascarillas para protegerse del contagio del coronavirus, iban y venían colocando estructuras de acero del edificio terminal y alisando la superficie de una de las dos pistas.

Marín aseguró que hasta ahora no ha habido un brote del virus en el lugar debido a los protocolos de seguridad establecidos, que incluyen además del cubrebocas, tomar la temperatura de los empleados y hacer que la mitad de los que trabajan en oficinas lo hagan de forma remota.