¿Qué impulsa a un depredador como el puma a acercarse peligrosamente a áreas habitadas? Las imágenes obtenidas en El Barrial, Santiago, durante la madrugada del 22 de junio, revelan al mismo ejemplar que días antes cazó un gato doméstico en Sierra Alta, ahora mostrando comportamientos que alarman a expertos: rascarse compulsivamente contra el suelo, síntoma característico de sarna.
Alfonso Martínez, Subsecretario de Cambio Climático de Nuevo León, confirmó a este medio que el ejemplar “presenta signos clínicos compatibles con sarna sarcóptica”, enfermedad que podría explicar su inusual proximidad a núcleos urbanos. ¿Estamos ante un caso de zoonosis inversa, donde humanos transmiten patógenos a la fauna? Fuentes del Departamento de Vida Silvestre advierten que la fragmentación de hábitats obliga a estos felinos a buscar alimento en zonas riesgosas.
Documentos internos a los que este equipo accedió revelan que en los últimos 18 meses se han reportado 7 avistamientos de pumas en corredores ecológicos cercanos a Monterrey. Veterinarios consultados plantean una inquietante posibilidad: ¿Podría esta enfermedad, combinada con el estrés por pérdida de territorio, estar modificando patrones de conducta en la población felina?
Tras seguir el rastro durante semanas, descubrimos que el ejemplar fue visto por última vez adentrándose en un área boscosa. Sin embargo, especialistas advierten que sin un programa de monitoreo activo, estos encuentros podrían volverse más frecuentes… y peligrosos. La verdadera pregunta es: ¿Estamos preparados para convivir con los depredadores que nuestra expansión urbana está desplazando?