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Revolución habitacional en CDMX construyendo 350 mil viviendas anuales

Una solución audaz para el déficit habitacional: reinventar la construcción masiva de viviendas con modelos disruptivos.

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¿Y si convertimos el déficit en la mayor oportunidad de innovación urbana del siglo?

La AMPI lanza un desafío radical: transformar la crisis de vivienda en CDMX mediante un modelo de construcción exponencial. No se trata solo de edificar, sino de reimaginar completamente el ecosistema inmobiliario con soluciones laterales que nadie está considerando.

Imagine un sistema de bancos de suelo con subsidios dinámicos, donde los terrenos ociosos se conviertan en comunidades autosustentables. O un fideicomiso de garantías que funcione como Airbnb social, protegiendo tanto a propietarios como inquilinos. Estas son solo algunas de las propuestas disruptivas que podrían cambiar las reglas del juego.

Karim Oviedo, presidente de AMPI, plantea una ecuación contraintuitiva: “Más construcción = menor especulación”. Al saturar estratégicamente el mercado con 350 mil viviendas anuales de interés social, principalmente en zonas como Xochimilco y Azcapotzalco, se crearía un efecto dominó que estabilizaría los precios en toda la metrópoli.

Pero aquí está el giro innovador: en lugar de demonizar la gentrificación, la propuesta sugiere canalizarla inteligentemente. ¿Qué pasaría si los desarrollos premium financiaran viviendas sociales? ¿O si los impuestos a propiedades ociosas se reinvirtieran en comunidades colaborativas?

Este planteamiento reta el status quo con una verdad incómoda: regular precios sin aumentar la oferta es como poner curitas a una hemorragia. La verdadera solución yace en repensar radicalmente los procesos burocráticos, los modelos de financiamiento y la distribución espacial de la vivienda.

Mientras el mundo debate controles de renta, México podría liderar una revolución habitacional basada en abundancia estratégica, tecnología urbana y economía circular del suelo. El déficit de 5 millones de viviendas no es una condena, sino la oportunidad perfecta para escribir un nuevo capítulo en la historia del urbanismo latinoamericano.

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