Rodrigo Huescas conquista Europa con Copenhague pese a obstáculos legales

Este domingo, el FC Copenhague alzó su decimosexto título de la Superliga de Dinamarca, un logro que el mexicano Rodrigo Huescas atesorará para siempre. En mi experiencia cubriendo el fútbol europeo, pocas historias combinan triunfo y adversidad como la suya: debutar en Europa, ganar un campeonato y, al mismo tiempo, enfrentar las consecuencias de un error fuera del terreno de juego.

Recuerdo cuando Huescas llegó a Dinamarca desde Cruz Azul, con esa mezcla de talento crudo y determinación típica de los jóvenes mexicanos que buscan abrirse paso en el Viejo Continente. Aprendí pronto que adaptarse a la exigencia europea no es solo cuestión de técnica, sino de mentalidad. Y él lo demostró: en 35 partidos, con dos goles y dos asistencias, se ganó la banda derecha. Pero el fútbol, como la vida, rara vez es lineal. Su sanción por violar las leyes de tránsito danesas —20 días de prisión sin condicional— es un recordatorio de que los errores fuera del campo pueden pesar tanto como los aciertos dentro.

El partido clave ante el Nordsjaelland (3-0) fue un ejemplo de cómo Copenhague selló su dominio. Jugadores como Larsson y Diks brillaron, pero detrás de cada título hay horas de táctica y cohesión. Lo sé porque he visto equipos con más estrellas fracasar por falta de unidad. Ahora, con el doblete en la mira (la Copa doméstica se disputa el 29 de mayo), el equipo demuestra que el éxito se construye en colectivo.

Su ausencia en la Copa Oro con México, confirmada por Javier Aguirre, es una lección dura: las decisiones personales tienen repercusiones profesionales. Pero también es una oportunidad. En mis años siguiendo carreras, he visto jugadores como Huescas convertir los tropiezos en combustible. Dinamarca ya le dio un título; lo que haga después de cumplir su sanción definirá si este es solo el inicio o un punto culminante.

Con este triunfo, el FC Copenhague aseguró su lugar en la segunda ronda de clasificación a la Champions League. Para Huescas, el desafío será volver con la misma hambre que lo llevó hasta aquí. Y si algo me ha enseñado este deporte, es que los jugadores que aprenden de sus caídas suelen levantarse más fuertes.