El empresario y figura política Ricardo Salinas Pliego generó una intensa polémica al referirse a las graves inundaciones en el estado de Veracruz a través de publicaciones en su cuenta de la red social X, anteriormente conocida como Twitter. Sus comentarios, cargados de ironía, establecieron una conexión directa entre la emergencia que vive la población y su apoyo al partido en el gobierno.
La situación en el norte de Veracruz es crítica tras el desbordamiento de los ríos Tecolutla y Cazones, consecuencia de intensas lluvias provocadas por dos tormentas tropicales. Imágenes y videos que circulan en redes sociales muestran un panorama devastador en localidades como Poza Rica, con viviendas, comercios y vehículos parcial o totalmente sumergidos bajo el agua.
Reportes oficiales confirman que, en las últimas 72 horas, este evento natural ha cobrado la vida de cinco personas, ha dejado cinco localidades incomunicadas y ha causado daños en al menos doscientas viviendas. Frente a este escenario de crisis, la respuesta de Salinas Pliego no se hizo esperar.
El magnate, quien recientemente presentó un “Movimiento Anticrimen y Anticorrupción” con el explícito objetivo de buscar la salida de Morena del poder, compartió un meme de la serie televisiva Los Simpson acompañado de la frase “Disfruten lo votado”, seguida de la pregunta “¿O no?”. La publicación era una respuesta directa a un video que documentaba las inundaciones en Poza Rica, una ciudad de la entidad gobernada por la morenista Rocío Nahle.
En una segunda publicación, donde reposteó otro video de la emergencia, el empresario insistió en su crítica con un tono similar: “¿Estará disfrutando los resultados del gobierno izquierdista del partido Morena?”. Estas declaraciones sitúan el desastre natural en el centro del debate político, sugiriendo que los afectados están experimentando las consecuencias de sus propias decisiones en las urnas. Mientras Salinas Pliego emitía estos comentarios, las autoridades desplegaban operativos de auxilio.
La Secretaría de Marina activó el Plan Marina para asistir a la población afectada en la zona norte de Veracruz, una región castigada no solo por las precipitaciones, sino también por tormentas eléctricas que complican las labores de rescate y asistencia. La prioridad inmediata de las instituciones es salvaguardar vidas humanas y atender a las familias que han perdido sus hogares o se encuentran aisladas.
La reacción del empresario abre un debate sobre los límites de la crítica política en contextos de desastre humanitario. Por un lado, se argumenta que es legítimo señalar las posibles deficiencias en la gestión de riesgos o en la respuesta gubernamental a emergencias. Por otro lado, críticos señalan que utilizar la desgracia ajena como instrumento de confrontación política resulta éticamente cuestionable y muestra una falta de empatía hacia quienes están sufriendo pérdidas humanas y materiales.
Este episodio refleja la profunda polarización que caracteriza al ambiente político nacional, donde incluso una tragedia natural se convierte rápidamente en un campo de batalla narrativo. Las palabras de Salinas Pliego, dueño de un importante conglomerado de medios y retail, trascienden el comentario aislado y alimentan una narrativa más amplia de accountability político, aunque su tono ha sido calificado por muchos como una burla hacia la ciudadanía en situación de vulnerabilidad.
El evento deja en evidencia cómo los fenómenos naturales son, cada vez más, interpretados a través de lentes ideológicos, un fenómeno que redefine la relación entre desastres, gobernanza y opinión pública.