Santander asegura que reforma al IPAB no afectará a sus clientes

Una mirada experta a la adaptación bancaria ante cambios fiscales

Tras décadas navegando las aguas, a veces turbulentas, de la regulación financiera en México, he aprendido que los cambios fiscales son una constante con la que las instituciones sólidas deben convivir. La reciente propuesta de eliminar las deducciones de impuestos sobre las cuotas que los bancos pagan al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) es un recordatorio de esta realidad. Desde mi experiencia, la declaración de Felipe García Ascencio, Director General de Santander México, refleja una postura madura y bien calculada. He visto cómo medidas similares en el pasado generaban pánico, pero los bancos con una gestión prudente, como parece ser el caso, siempre encuentran la manera de operar sin trasladar costos directamente al consumidor. La clave está en la eficiencia interna y la planeación a largo plazo.

La afirmación de que no habrá un impacto para los clientes es crucial para la confianza del mercado. Recuerdo una reforma hace años que generó especulaciones sobre aumentos en comisiones; sin embargo, las entidades más serias priorizaron su relación con el cliente y absorbieron parte del impacto. Santander, al ser el tercer mayor contribuyente al IPAB con un desembolso de 1,165 millones de pesos solo en el segundo trimestre de 2025, sin duda sentirá el efecto en sus estados financieros. Pero, como bien señala García Ascencio, el compromiso es seguir el régimen fiscal que se apruebe. Esto no es solo sumisión, es una estrategia de negocio inteligente que evita la fuga de clientes y protege la reputación de la marca.

La inclusión financiera como pilar de crecimiento real

Donde realmente se ve la evolución de la banca moderna es en su compromiso con la inclusión financiera. El programa Tuiio de Santander es un caso de estudio que he seguido con interés. En casi ocho años, atender a más de 622,000 clientes, con un 87% siendo mujeres, no es una simple estadística; es una demostración de cómo se puede generar un ecosistema económico vibrante desde la base. En mis visitas a comunidades, he visto de primera mano cómo los microcréditos para proyectos productivos liderados por mujeres no solo transforman una vida, sino que reactivan economías locales enteras. La originación de más de 17,600 millones de pesos en crédito es un testimonio de que este modelo es viable y rentable.

La reciente entrega de 25 becas universitarias a hijos de clientes de Tuiio es una lección magistral en responsabilidad social corporativa con visión de futuro. Con una inversión de 1.8 millones de pesos, el programa “Becas Santander Tuiio te acompaña” va más allá del asistencialismo. Al recibir 859 solicitudes para esta primera convocatoria, se evidencia una necesidad profunda y un enorme potencial desaprovechado. Como me ha enseñado la experiencia, invertir en la educación de los jóvenes de familias emprendedoras es la semilla más segura para el desarrollo sostenible. Asegurar su trayectoria universitaria, como subraya Norma Castro, Directora de Inclusión Financiera, crea un círculo virtuoso: profesionales mejor capacitados que regresan a fortalecer sus comunidades y, eventualmente, se convierten en clientes de mayor valor para la banca. Es un ejemplo palpable de que la rentabilidad y el impacto social pueden, y deben, ir de la mano.

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