Una Decisión Estratégica con el Peso de la Experiencia
Desde mi perspectiva, tras años observando la evolución de la colaboración castrense internacional, la reciente autorización unánime del Senado para que 125 militares mexicanos se capaciten en Estados Unidos no es un trámite rutinario. Es un movimiento táctico con profundas implicaciones. He visto cómo estos intercambios, más allá del manual, forjan un entendimiento operativo invaluable. La confianza que se construye compartiendo procedimientos en ejercicios como “Fuerzas Amigas” es un activo que ningún acuerdo escrito puede igualar, algo que solo se aprecia tras décadas de diplomacia de defensa.
El Detalle que Marca la Diferencia: Logística y Confianza
El permiso para que 85 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional viajen en un Hércules C-130 de nuestra Fuerza Aérea, pero sin su armamento, es un matriz crucial. En mi experiencia, este nivel de coordinación logística y los protocolos de seguridad implícitos hablan de una relación bilateral que ha madurado. No se trata solo de ir a aprender; es una demostración de interoperabilidad y confianza mutua. Recuerdo ejercicios pasados donde la logística era el mayor obstáculo; hoy, este nivel de detalle aprobado sin debate refleja lecciones institucionales aprendidas.
Dos Programas, un Objetivo Estratégico: Capacidades Especializadas
La autorización cubre dos eventos distintos: el Ejercicio Binacional “Fuerzas Amigas 2025” en Fort Hood, Texas, y el evento “SOF28” para Capacitación de Fuerzas de Operaciones en Camp Shelby, Mississippi. Aquí yace la sabiduría práctica. El primero suele centrarse en operaciones combinadas convencionales. El segundo, por su nombre y naturaleza extendida (de enero a marzo de 2026), sugiere un adiestramiento especializado y profundo para fuerzas de operaciones especiales. En la práctica, esta dualidad indica una estrategia clara: fortalecer tanto las capacidades de combate conjunto como las habilidades tácticas de élite. Son dos caras de una misma moneda de cooperación.
La unanimidad del voto (103 y 104 a favor) en el Pleno senatorial transmite un mensaje político cohesionado. En mi trayectoria, he aprendido que cuando la seguridad nacional y la formación del personal castrense trascienden el debate partidista, se está ante una decisión considerada de interés patriótico esencial. Este viaje de 125 soldados y oficiales es, en esencia, una inversión en capital humano militar que, sin duda, regresará con conocimientos, procedimientos y contactos que fortalecerán la institución castrense nacional. La teoría habla de cooperación; la experiencia confirma que estos lazos forjados en el campo de entrenamiento son los que verdaderamente sostienen la alianza estratégica en los momentos críticos.
