Senadores donan quince días de dieta para damnificados

Una Respuesta desde la Experiencia en la Adversidad

En mi larga trayectoria observando la vida política, he sido testigo de cómo la verdadera solidaridad se mide en los momentos de crisis. Hoy, el pleno del Senado de la República guardó un minuto de silencio que, más que un protocolo, fue un gesto cargado de respeto y duelo colectivo por las personas fallecidas a causa de las devastadoras inundaciones en cinco estados. He aprendido que estos silencios, cuando son genuinos, preceden a la acción.

Fue entonces cuando la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Itzel Castillo Juárez, anunció una decisión que refleja una lección práctica que he visto una y otra vez: la ayuda más efectiva es la que se materializa de forma concreta. En un acto de solidaridad, las y los senadores destinarán el equivalente a hasta quince días de su dieta para las labores de auxilio y reconstrucción. No es solo un símbolo; es un recurso tangible.

La experiencia me ha enseñado a valorar los mecanismos de ejecución. La Junta de Coordinación Política acordó que con los recursos recaudados se adquirirán herramientas y enseres básicos. Lo crucial aquí, un detalle que marca la diferencia entre la ayuda que llega y la que se pierde, es que estos insumos serán entregados a la Secretaría de la Defensa Nacional. He comprobado que la logística de instituciones como esta es, con frecuencia, la forma más eficaz de garantizar que el apoyo llegue directamente a las zonas afectadas, priorizando la transparencia y la eficacia en el manejo. Es un acierto que nace de entender la complejidad sobre el terreno, no solo de la teoría.

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