Lecciones desde el escritorio de la negociación
Tras años de observar y participar en complejas negociaciones bilaterales, he aprendido que los anuncios formales rara vez capturan la textura completa de lo que sucede detrás de escena. La reunión de ayer en Palacio Nacional entre la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y la secretaria estadounidense Brooke Rollins es un claro ejemplo. Sheinbaum confirmó lo que muchos en el sector ya intuíamos: no hay una fecha concreta para la reapertura de la frontera al ganado, bloqueada por la amenaza del gusano barrenador.
En mi experiencia, cuando un funcionario de alto nivel se va “muy convencido”, como indicó la presidenta, suele significar que el diálogo técnico avanza, pero los mecanismos de implementación aún están en discusión. Sheinbaum destacó el profesionalismo y la exhaustiva inspección que México está ejecutando, un punto crucial que, desde la trinchera, construye la confianza necesaria para destrabar estos asuntos.
Un dato que resuena con lecciones del pasado es la mención a la fábrica de la mosca estéril, con un 30% de avance. He visto proyectos similares; su éxito no reside solo en su conclusión, sino en su integración con un sistema de vigilancia continua. Que esté programada para mediados del próximo año ofrece un horizonte tangible, pero el verdadero desafío será la ejecución sin contratiempos.
La clave está en los indicadores, no en las declaraciones
La parte más reveladora de su declaración, y que comparto plenamente por amargas experiencias propias, fue su insistencia en establecer indicadores técnicos claros y objetivos. Ella se refirió al cierre sorpresivo de la frontera hace poco, que duró apenas tres días tras hallarse un animal contaminado en Veracruz. Situaciones como esta son un recordatorio doloroso de que sin protocolos predefinidos, la subjetividad y la volatilidad política pueden echar por tierra meses de trabajo.
Lo que estamos presenciando ahora es la maduración de un proceso. No se trata de una simple voluntad política, sino de la construcción meticulosa de un andamiaje técnico que evite “sorpresas”. Sheinbaum señaló que este marco está “muy pronto de resolverse”. En el lenguaje de la diplomacia y la sanidad animal, esa frase suele preceder a un acuerdo inminente, pero solo si todas las piezas encajan a la perfección. La paciencia estratégica, he aprendido, es tan vital como la urgencia.


















