La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, extendió este viernes una calurosa felicitación a Fátima Bosch, la representante mexicana que se alzó con la corona de Miss Universo 2025. Este reconocimiento presidencial va más allá del triunfo en el certamen de belleza, enfatizando el coraje y la integridad que Bosch demostró a lo largo de la competencia, particularmente al enfrentar una situación de menosprecio.
El camino de Fátima Bosch hacia la corona internacional estuvo marcado por un episodio que trascendió el ámbito del concurso. Durante los eventos preliminares, Nawat Itsaragrisil, un directivo de la organización, profirió un insulto contra la candidata mexicana, calificándola de “tonta”. Este acto, lejos de minar su confianza, se convirtió en el catalizador que proyectó su figura a la vista del mundo. La digna y firme respuesta de Bosch, alzando su voz para rechazar el trato vejatorio, resonó profundamente, convirtiéndose en un poderoso símbolo de autoafirmación.
La presidenta Sheinbaum ya se había pronunciado al respecto a principios de noviembre, respaldando públicamente la actitud de la joven tabasqueña. En esa ocasión, la mandataria destacó el valor de Bosch al vivir una agresión y, con toda dignidad, manifestar su desacuerdo. Sheinbaum subrayó entonces que se trataba de un ejemplo paradigmático de cómo las mujeres deben levantar la voz ante cualquier forma de injusticia, un mensaje que enmarcó no solo como un acto personal, sino como una lección colectiva.
Tras conocerse el veredicto final que la coronaba como Miss Universo, Sheinbaum volvió a referirse al tema. Con evidente satisfacción, reiteró sus felicitaciones y profundizó en lo que, a su juicio, constituye el verdadero mérito de la ganadora. “A mí me gustó de ella que ella levanta la voz en un momento donde siente que hay una injusticia contra ella”, afirmó la presidenta, destacando que ese gesto de valentía trasciende al propio concurso. Sheinbaum hizo especial hincapié en que la actitud de Bosch es un ejemplo para todas y todos los mexicanos, y en particular para las mujeres, al demostrar que la dignidad no es negociable. Además, recordó que, como consecuencia de su postura firme, los organizadores se vieron en la obligación de presentar disculpas formales a la representante mexicana.
Fátima Bosch Fernández, originaria de Teapa, Tabasco, tiene 25 años y posee un perfil que combina el modelaje con una sólida formación académica en el mundo de la moda. Su trayectoria educativa refleja una dedicación meticulosa a su pasión. Estudió Diseño de Indumentaria y Moda en la prestigiosa Universidad Iberoamericana, complementando su currículum con estancias formativas en la Nuova Accademia di Belle Arti (NABA) de Milán, Italia, y en el Lyndon Institute de Vermont, Estados Unidos. Esta base intelectual y profesional le ha proporcionado herramientas que van más allá de la pasarela, dotándola de una perspectiva única.
Su relación con los concursos de belleza no es impulsiva. La primera oportunidad para competir en Miss Universo México se le presentó cuando apenas tenía 19 años, una oferta que declinó de manera consciente para priorizar la conclusión de sus estudios. Esta decisión temprana habla de una mujer con una claridad de objetivos y una planificación a largo plazo, valores que posteriormente demostraría en el escenario global. Su victoria en Miss Universo 2025 no es, por tanto, un golpe de suerte, sino la culminación de un camino de preparación, paciencia y, sobre todo, de una inquebrantable convicción personal.
El triunfo de Fátima Bosch se consolida así en dos frentes paralelos. Por un lado, alcanza la cima en uno de los certámenes de belleza más reconocidos a nivel mundial, un logro que por sí solo merece todos los elogios. Por otro, y quizás de manera más significativa, su recorrido se ha transformado en una narrativa de empoderamiento. Al negarse a ser silenciada y al exigir respeto, convirtió una experiencia potencialmente negativa en un testimonio público de fortaleza. Su historia refuerza la idea de que la elegancia y la inteligencia, unidas a la firmeza de carácter, son cualidades indivisibles, y que alzar la voz ante el menosprecio es, en sí mismo, una forma de coronarse.














